[7][8][9][10][11] Los logros científicos islámicos abarcaron una amplia gama de áreas temáticas, especialmente la astronomía, las matemáticas y la medicina.
A este período dorado de la ciencia islámica contribuyeron varios factores.
En química, eruditos como Al-Razi utilizaron los trabajos anteriores en medicina, astronomía y matemáticas como cimientos para desarrollar nuevos campos como la alquimia.
Esto apoyó a una mayor población y permitió que la cultura floreciera.
[13][14] A partir del siglo IX, eruditos como Al-Kindi[15] tradujeron al árabe conocimientos indios, asirios, sasánidas (persas) y griegos, incluidas las obras de Aristóteles.
[16] El mundo árabe destacaba desde la antigüedad por sus grandes construcciones arquitectónicas desde mezquitas, palacios, fortalezas y bibliotecas fusionadas con un arte decorativo multiforme que abarcaba las diferentes técnicas como la cerámica, el cobre, vidrio, madera, tapices, tejidos y caligrafía.
Sin embargo, la economía, la filosofía, ciencias y tecnología no se desarrollaron hasta la Edad de Oro del Islam.
[19] El físico teórico Jim Al-Khalili cree que el moderno método científico fue precursado por Ibn Al-Haytham (conocido en Occidente como "Alhazen"), cuyas contribuciones se asemejan a las de Isaac Newton.
[24] A finales del siglo XI y comienzos del XII, se generaron violentos conflictos religiosos donde Al-Gazali, considerado un gran teólogo, filósofo y místico del Islam, compuso Al-Munq-id min al-Dalal (El que libra del error) donde declaraba:[25] Los primeros métodos científicos fueron desarrollados en el mundo islámico, donde se realizaron importantes progresos sobre metodología, en especial gracias a los trabajos de Alhacén en el siglo XI.
[33] En las versiones islámicas del temprano método científico, la ética desempeñaba un papel muy importante.
Durante este período se desarrollaron los conceptos de citación y revisión por pares.
Si esta revisión tuviera un resultado negativo, el médico podría afrontar un juicio por maltrato al paciente.
Las principales importaciones fueron indias, persas y griegas, conocidas por traducciones luego asimiladas,[35] como la del Almagesto.
Para resolver el problema, cristianos y judíos adoptaron un plan basado en el descubrimiento de Metón de Atenas en el año 430 a. C. del ciclo metónico de diecinueve años solares y la inserción periódica del decimotercer mes lunar para mantener las fechas del calendario al día con las estaciones.
[40] El Corán alentaba a que los musulmanes encontraran formas de utilizar las estrellas: «Y Él es Quien os consagró las estrellas para que así podáis ser guiados en las tinieblas de la tierra y del mar».
[41] Basándose en este precepto, los musulmanes comenzaron a desarrollar mejores instrumentos para la observación y la navegación astronómica, dando nombre y catalogando muchas estrellas visibles a simple vista en el cielo, hasta el punto de que hoy en día muchas de esas estrellas conservan los nombres árabes, como Aldebarán (α Tauri), Deneb o Altair (α Aquilae).
[35][Nota 2] También términos astronómicos como «alidada», «acimut», «cenit o «almicantarat» evidencian por su morfología su origen árabe.
Las ciencias naturales experimentaron un notable avance en la Edad de Oro del islam (entre los siglos VIII y XIII, aproximadamente).
En ese periodo los científicos musulmanes introdujeron diversas innovaciones y rescataron textos clásicos griegos (como las obras de Aristóteles, Tolomeo o Euclides).
La ciencia medieval islámica adoptó la física aristotélica de los griegos y la desarrolló con nuevas observaciones.
El imperio islámico, establecido a lo largo del Oriente Medio, Asia Central, África del Norte, Iberia, y parte de la India, hizo aportes significativos en matemáticas en el siglo octavo.
En su tratado al-Fakhri extiende la metodología para incorporar potencias y raíces de cantidades desconocidas.
También en el siglo X Abul Wafa tradujo las obras de Diofanto al árabe y desarrolló la función tangente.
Algunos consideran el término «árabe-islámico» como históricamente inexacto, argumentando que esta frase no refleja la riqueza y la diversidad de los eruditos orientales que han contribuido al desarrollo de la ciencia islámica en este momento.
Una teoría que sería desarrollada en el siglo XVII por Pierre de Fermat.
Se destacó más bien por haber traducido muchos libros de teorías y ciencias convirtiéndolo en un gran enciclopedista.