En muy raras ocasiones el origen de la pleuresía puede hallarse en un tumor pulmonar que invada la pleura.
A continuación se hace una exposición de las pleuresías que con más frecuencia aquejan al sistema respiratorio humano.
Cuando en la pleuritis húmeda se genera una gran cantidad de líquido, cantidad que puede oscilar entre los dos y tres litros, este exudado puede acabar desencadenando una importante limitación de espacio para el pulmón del mismo lado, dificultando el proceso respiratorio.
Estas cicatrices, que tienden a retraerse, son muy rígidas y presentan un grosor de varios centímetros.
En un menor número de casos, las sustancias purulentas disecan la pared torácica, originando lo que se denomina como empiema necessitatis.
[6] Esta variedad pleurítica consiste en la infección de la cavidad pleural por Mycobacterium tuberculosis , que por lo general aparece tras la primoinfección tuberculosa.
La pleuresía originada por una infección bacteriana es tratada con antibióticos y en algunos casos será necesaria la cirugía para drenar todo el líquido infectado que se encuentra alojado en la cavidad pleural, por medio de una punción.
En caso de que no sea posible aliviar el dolor, será necesario bloquear los nervios intercostales.