En anatomía humana, el hombro es la parte del cuerpo donde se une el brazo con el tronco.
La principal articulación del hombro es la que une la cabeza del húmero con la escápula, recibe el nombre de articulación glenohumeral y presenta dos superficies articulares, una de ellas corresponde a la cabeza del humero que tiene forma semiesférica y la otra es la cavidad glenoidea de la escápula, estas superficies están recubiertos por cartílago que permiten un movimiento suave e indoloro.
Los huesos que se muestran son el húmero, con inserción del pectoral mayor, el músculo deltoides por fuera rodeándolo.
Desde el borde interno de la escápula hasta el lateral del tórax se extiende el serrato anterior.
-La clavícula tiene una forma de S itálica, y a pesar de ello no va a ser una S perfecta, sino que es oblicua hacia fuera y hacia atrás.
[4] Los músculos ayudan a sostener el hombro y permiten la movilidad de la articulación en todas direcciones.
Los 11 músculos más importantes para el funcionamiento del hombro son:[2] Se llama manguito de los rotadores al conjunto formado por los músculos supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular, así como sus correspondientes tendones.
Por otra parte está delmitáda por el reborde glenoideo y cuenta con una superficie menor que la de la cabeza del húmero.
Estos son la abducción o flexión del brazo, que se combinan en diferentes grados.
Así se dedujo que durante la abducción activa la escápula debe realizar cuatro movimientos: 1) Asciende entre 8 y 10 cm, sin la realización de una anteriorización (cómo se creía en estudios anteriores).
Esto conlleva que la glenoide no recupere su orientación inicial en el plano anteroposterior.
Se produce por separación de los extremos óseos del acromion y la clavícula.
Generalmente ocurre por traumas directos, por ejemplo caídas accidentales en las que el hombro impacta contra el suelo, muy frecuentes en la práctica de ciertas actividades deportivas.
En ocasiones después de una larga evolución puede llegar a producirse la rotura del tendón.
Se produce con frecuencia en deportistas que realizan lanzamientos de forma repetitiva.
Puede ser primaria, cuando no existe causa aparente, y secundaria, en cuyo caso está originada por inmovilización prolongada tras un traumatismo u otros trastornos inflamatorios que afecten a la articulación.
Este tipo de fracturas son frecuentes en niños y pacientes mayores de 50 años y pueden afectar según su localización al cuello anatómico del húmero o al cuello quirúrgico.
El hombro es menos propenso a la artrosis que otras articulaciones como rodilla y cadera.
Cuando existe suele deberse a diversos factores que han favorecido su aparición: traumatismos repetidos, fracturas antiguas, rigidez del hombro, luxaciones repetidas o tendinitis del manguito rotador de larga evolución.
La artritis reumatoide cuando afecta al hombro provoca derrame en el interior de la articulación e intenso dolor con limitación de la movilidad, puede involucrar tanto a la articulación escapulohumeral como a la acromioclavicular.