Debido al proceso inflamatorio la bursa pasa a acumular una cantidad significativa de líquido.
Comúnmente, se presenta en la zona del hombro, la rodilla, el codo, la cadera o el tendón de Aquiles.
Los factores modificables serán aquellos en los que podemos intervenir como desequilibrios musculares, exceso de carga sobre la articulación.
[2] Rara vez se requiere cirugía para tratar esta afección.
Si se ha presentado atrofia muscular (debilidad o disminución en tamaño), el médico puede recomendar ejercicios para restablecer la fortaleza e incrementar la movilidad.