Otros síntomas menos frecuentes incluyen fiebre, perdida de peso y cansancio.
La causa es desconocida, aunque se cree que está originada por un fenómeno de autoinmunidad.
[1][2] Aunque no existe certeza sobre la causa de la enfermedad, existen diversos factores que están relacionados con la probabilidad de que aparezca en un determinado individuo: A diferencia de lo que ocurre en otras enfermedades reumáticas, no existen criterios específicos de aceptación general para establecer el diagnóstico, por lo que este se basa en la observación, el interrogatorio del paciente y la exclusión de otras enfermedades que puedan provocar síntomas parecidos, entre ellas la artritis reumatoide.
Las pruebas complementarias como radiología, resonancia magnética nuclear y tomografía axial computerizada no muestran imágenes específicas útiles para realizar el diagnóstico.
En los análisis de sangre, la velocidad de sedimentación globular esta notablemente aumentada, generalmente supera los 40 mm en la primera hora, al igual que los niveles de proteína C reactiva, sin embargo, estos hallazgos no son específicos y están presentes también en otras muchas enfermedades.