Nacido en Basora, pasó la mayor parte de su vida productiva en El Cairo, la capital fatimí, y se ganaba la vida escribiendo tratados y dando clases a miembros de la nobleza.Abu'l-Hasan Bayhaqi apodó a Alhacén «el segundo Ptolomeo» y John Peckham lo llamaba «el físico».Su obra más influyente se titula Kitāb al-Manāẓir (árabe: كتاب المناظر, «Libro de óptica»), escrita entre 1011 y 1021, que ha sobrevivido en una edición en latín.Las obras de Alhacén fueron citadas con frecuencia durante la revolución científica por Isaac Newton, Johannes Kepler, Christiaan Huygens y Galileo Galilei.Alhacén fue el primero en explicar correctamente la teoría de la visión[9] y en argumentar que ésta se produce en el cerebro, señalando las observaciones de que es subjetiva y se ve afectada por la experiencia personal.[11] Alhacén fue uno de los primeros defensores del concepto de que una hipótesis debe apoyarse en experimentos basados en procedimientos confirmables o en razonamientos matemáticos—un pionero del método científico cinco siglos antes que los científicos renacentistas.[14] Por su lugar de nacimiento –Basora, en el actual Irak, que era entonces parte del Emirato Buyí–[15] se le llama también Al-Basri.[16][17] Alhazen llegó a El Cairo bajo el reinado del califa fatimí Al-Hákim, un mecenas de las ciencias que estaba particularmente interesado en la astronomía.[20] La leyenda cuenta que después de decidir que la represa no era realizable, y temiendo la ira del califa, Alhazen fingió locura y se mantuvo bajo arresto domiciliario desde 1011 hasta la muerte de Al-Hákim en 1021.Estudió a fondo la anatomía del ojo, lo que le llevó a desechar la llamada teoría de la emisión o extromisión, en la que creyeron grandes pensadores como Platón y Ptolomeo, así como el gran médico del siglo II Galeno.Demostró que toda la luz natural procede del Sol, viaja en línea recta y crea imágenes al llegar a nuestros ojos.[23] Escribió el primer tratado amplio sobre lentes, donde describe la imagen formada en la retina humana debido al cristalino.