Se llama purificación a la acción y efecto de devolver al cuerpo su pureza.
Había algunas personas que no contentas con lavarse las manos creyendo estar más puras o limpias de mancha , aguardaban la aspersión sobre su cabeza, pies, a veces en todo el cuerpo y hasta la ropa o traje que llevaban.
Las particulares extraordinarias tenían lugar para los que habían cometido algún crimen de consideración, como homicidio, incesto, adulterio....
Las generales extraordinarias se practicaban en tiempos de peste, hambre u otra cualquier calamidad pública.
La purificación, aun con las distinciones que dejamos expresadas, tenía el nombre de ablución, expiación, lustración.