Beso

[3]​ : 114 Los antropólogos no han llegado a una conclusión sobre si los besos se aprenden o un comportamiento por instinto.

Los labios tienen muchas terminaciones nerviosas que los hacen sensibles al tacto y a la mordedura.

Distintos comportamientos animales muestran la presencia de la práctica del beso en diversas especies, entre ellas aves y mamíferos (sobre todo en los primates).

[17]​[18]​ El contacto labial involucra la acción nerviosa relacionada con la estimulación erógena en la que intervienen cinco nervios craneales, utilizados para la identificación y reconocimientos de los elementos ambientales.

Los impulsos eléctricos producidos por la acción neuronal derivan en sensaciones originadas en los focos táctiles de la piel labial, la zona supralabial y la lengua, señales decodificadas en el cerebro.

[21]​ Como riesgos a la salud se consideran distintos padecimientos médicos ocasionados por la transmisión extracorporal de los patógenos contenidos en la saliva humana.

Algunas enfermedades infecciosas representan riesgos a la salud por los virus y otros microorganismos que se hallan en la saliva.

Algunas enfermedades posiblemente transmitidas por el contacto labial incluyen cualquier tipo de gripe, la mononucleosis infecciosa y el herpes simple.

El beso es una práctica natural en diversas especies animales que han desarrollado la conjunción labial como un método de comunicación entre dos individuos.

Dentro de la cultura en India, ya se registraba al beso en la literatura hacia el año 1000 a. C. Algunos registros literarios describían personas que juntaban sus labios en señal de amor, así como es descrito en el poema épico Mahabharata.

En la cultura babilónica, concretamente en el relato creacionista Enûma Elish, se menciona el beso como una práctica social relacionada con el saludo, la súplica y el arrepentimiento.

En las culturas afroasiáticas se utilizaba el beso como símbolo de amor o afecto, tal como se enuncia en distintos pasajes bíblicos que relatan las historias de Jacob y Judas Iscariote.

Los parientes, aunque de diverso sexo, se besaban igualmente al encontrarse; y por esto Propercio echaba en cara a su amiga el sinnúmero de parientes que tendría si atendía a los muchos que la besaban.

Una teoría sobre la expansión cultural en la utilización del beso como práctica sexual sugiere que el beso es originado en la cultura india y que es importado a territorio europeo en el periodo clásico por las invasiones de Alejandro Magno.

[22]​ En la Edad Media, el beso retoma diferentes significados que involucraban el respeto y la admiración.

Apreciado en distintas corrientes artísticas desde la corriente barroca y humanista, el beso resurge como un componente en la expresión artística (principalmente pintura y literatura), atribuyéndole la concepción clásica del beso como una práctica romántica con poderes mágicos.

Las corrientes artísticas del siglo XVIII se ajustaron a un modelo que dejaba atrás el tradicionalismo de las corriente barroca y que se ajustaba a la propia expresión del autor.

El Rococó recopilaba un sentido estético refinado que frecuentemente involucraba aspectos exóticos, eróticos, sensuales y sexuales.

Un claro ejemplo es La Bella Durmiente en el que el beso es una fórmula mágica para romper un hechizo de sueño eterno.

El beso y su naturalidad en el arte romántico derivo en la percepción artística del beso como una práctica social casi divina, mágica e inigualable que representa lo más puro y perfecto del amor en las relaciones humanas.

Así se comenzó a utilizar al beso como un elemento lascivo en la publicación de distintas artes como la literatura, la pintura, el drama y el cine, todos ellos enfocados al consumo y gusto popular.

Pronto, los medios fueron inundados de las representaciones del beso para simbolizar el amor entre dos personas, efecto apreciado principalmente en el cine.

Un año después, en 2011, fueron vencidos por una pareja heterosexual tailandesa formada por Akekachai y Raksana Tiranarat que registró un beso de 46 horas.

El beso, en su significado cultural general, representa una expresión emocional que refleja sentimientos de amor o afecto hacia otra persona.

El beso suele tener implicaciones sexuales, románticas, eróticas o afectivas que permiten la conexión entre la persona y el objeto de placer.

Ahí surge el significado social del beso materno relacionado con el amor y la protección.

[34]​ El beso con su significado afectivo o amoroso es rastreado a los orígenes de la cultura en India, Asiria, Grecia y Roma.

El beso de carácter afectivo puede practicarse entre cualquier persona cercana, sin importar su edad ni su sexo.

El beso de carácter afectivo suele utilizarse para reflejar distintos sentimientos, como la lealtad, la gratitud, la compasión o la empatía.

Pero el número difiere según la cultura; en España es normal dar dos besos en la cara, uno en cada mejilla; también en Italia, pero por el lado contrario; en Polonia, por ejemplo, se dan tres; en otros lugares del mundo solo uno.

Il bacio ( El beso ), de Francesco Hayez , óleo sobre tela, 1859.
Un beso en la Copa Mundial de Fútbol de 2018 .
Tercera copia de El beso (originalmente titulada Francesca da Rimini ), escultura de Auguste Rodin , en la Ny Carlsberg Glyptotek .
Contacto de labios entre dos individuos.
Kissing the War Goodbye , fotografía de Victor Jorgensen . A diferencia de V-J Day in Times Square , de Alfred Eisenstaedt , más famosa y protegida por derechos de autor , ésta pertenece al dominio público .
Tod und Frau (La Muerte y Esposa) de Hans Baldung (c. 1520).
El Beso Robado de Jean-Honoré Fragonard (siglo XVIII ).
Promocional de la opéra-comique Carmen (1896).
Portada del pulp First Love (1953).
Fotografía protesta de la campaña NOH8 , tomada por James Cummings (2009).
Un beso en un matrimonio .
«Beso» entre ejemplares de Agapornis roseicollis y Agapornis fischeri .
Un beso entre dos amigos en Marruecos.