Gingivitis

Clínicamente se aprecia una encía inflamada, con un contorno gingival alargado debido a la existencia de edema o fibrosis, una coloración roja o azulada, una temperatura sulcular elevada, sangrado al sondaje y un incremento del sangrado gingival.

Los signos clásicos de inflamación pueden apreciarse en la inspección visual, lo que facilita el diagnóstico con la simple exploración del paciente.

La gingivitis simple se controla mediante una apropiada higiene bucal con o sin enjuague antibacteriano.

Los fármacos que causan hiperplasia gingival deben interrumpirse, si es posible; si no, se debe mejorar el cepillado y la limpieza cotidiana y frecuentar más al dentista para limpieza (al menos cada 3 meses) para reducir la hiperplasia.

La eliminación diaria de la placa con hilo dental, un correcto cepillado y la limpieza profesional periódica cada 6 meses o 1 año ayudan a minimizar la gingivitis.