[2] Marcial lleva a su apogeo el género del epigrama, ejemplificado en griego por poetas[3] como Meleagro de Gadara (en el siglo II a. C.) e introducido en la literatura latina por Catulo.
[5] Cinco libros (I, II, VIII, IX, XII) van precedidos de prefacios o cartas-prefacios en prosa.
: la forma abreviada obliga a concentrar la agudeza y la trascendencia moral está ausente o discreta.
Le aconseja buscar un buen protector, si no quiere acabar envuelto en papel de regalo.
[11] También se dirige al lector, le dice dónde puede comprar su libro[12] ya qué precio, presenta su contenido y su apariencia externa.
Clément Marot introdujo el epigrama en la literatura en lengua francesa e imitó varias de las obras del poeta latino.
Las adaptaciones se multiplicaron en los siglos XVII y XVIII, como las del duque de Montausier.
[15] A partir del siglo XIX, Marcial fue menos apreciado: primero, su obscenidad perturba ; más tarde, es la forma poética del epigrama la que ya no se aprecia, con la excepción de algunos poetas raros como Jean Richepin.