[1] El cortejo sexual es llevado a cabo por muchas especies animales, incluyendo al ser humano, y su durabilidad es muy variada entre las mismas.
Mientras que la cita suele ser algo netamente ocasional en la mayoría de las culturas occidentales, en muchas sociedades tradicionales, el cortejo es una actividad estructurada con reglas muy específicas y formales.
Si la pareja acepta, se realiza un encuentro formal en el que el experto y frecuentemente los padres están presentes.
[2] El casamentero y los padres suelen presionar a la pareja para que decida si quiere casarse o no después de unas cuantas citas.
A diferencia de lo que se ve habitualmente en otras sociedades, adopta un enfoque mucho más tenue e indirecto.
En algunas culturas, el cortejo es abolido por la práctica del matrimonio arreglado, en el que los compañeros para las personas jóvenes son elegidos típicamente por sus padres.
Durante las citas, las personas exploran la personalidad del otro, para descubrir si son compatibles y si podrían sostener una relación.
Por lo general, en una cita las personas tratan de mostrar sus mejores cualidades, tener un buen comportamiento y hacer cualquier cosa que crean atractiva para el otro individuo.
El cortejo es utilizado por varios teóricos para explicar los procesos de género y la identidad sexual.
[12] Sin embargo, hay estudiosas feministas que consideran el noviazgo como un proceso socialmente construido (y dirigido por los hombres) organizado para subyugar a las mujeres.
Puede ser muy complejo, como en el caso del somormujo lavanco (Podiceps cristatus), y contener una serie de comportamientos cotidianos pero ritualizados.
En este último caso, se ha observado que algunos machos llevan a la hembra un capullo vacío.
Durante el cortejo, los machos frotan su nariz en la cabeza de la hembra para mostrarle su afecto o le muerden suavemente la nuca.
Extenderá su larga cola bajo la parte posterior del caparazón de la hembra para iniciar la cópula.
Para un correcto crecimiento desde el huevo hasta el adulto, las abejas melíferas macho necesitan 24 días, 21 las obreras y 16 las reinas.[31].
Otro ejemplo lo encontramos en la especie de araña Maratus volans, donde el macho realiza una elaborada danza.
El macho abrirá su colorido abanico y comenzará a vibrar para atraer la atención de la hembra.