Erección

Su consecución depende de complejas interacciones psicológicas, neurales, vasculares y endocrinas.

[1]​ El pene contiene dos cámaras llamadas cuerpos cavernosos, las cuales ocupan el largo del órgano.

La albugínea ayuda a atrapar la sangre en los cuerpos cavernosos y con ello sostiene la erección.

Si ocurriera una erección, el tejido textil ajustado y elástico impide el aumento de la presión sanguínea interna, constriñendo su agrandamiento y alargamiento; así se previene que la erección se haga visible, sin causar daño al pene restringido.

Durante la excitación sexual, el área alrededor del punto G se hincha, haciéndolo más prominente y fácil de estimular.

Muchos sexólogos aconsejan a las mujeres incapaces de lograr un orgasmo el considerar la estimulación del punto G como técnica sexual.

Un pene en erección media (izquierda) y uno totalmente erecto (derecha).
El sistema del tejido eréctil .