Lealtad

No existe acuerdo entre los filósofos sobre cosas o ideas a las que se puede ser leal.

La lealtad es un principio que básicamente consiste en nunca darle la espalda a determinada persona o grupo social que están unidos por lazos de amistad o por alguna relación social, es decir, el cumplimiento de honor y gratitud, la lealtad está más apegada a la relación en grupo.

Ladd atribuye esto a asociaciones «odiosas» que posee el tema con el nacionalismo, incluido el nacionalismo del nazismo, y con la metafísica del idealismo, a lo que caracteriza como «obsoleto».

Ladd sostiene que sin embargo dichas asociaciones como erradas, y que la idea de lealtad es «un componente esencial en todo sistema humano y civilizado de moral».

Remonta las raíces de la palabra «lealtad» al siglo XV, haciendo notar que en esa época se refería a la fidelidad en el servicio, en el amor, o a un juramento que se ha realizado.

Ello está relacionado con la autoridad de un amo con sus sirvientes (según Epístola a los Efesios 6:5), quienes de acuerdo con la ley (bíblica) le deben lealtad a su amo (según Levítico 25:44-46).

[6]​ Josiah Royce en su libro The Philosophy of Loyalty (traducido: La filosofía de la lealtad) publicado en 1908 presenta una definición diferente del concepto.

La devoción es activa, una rendición del deseo propio a la causa que uno ama.

La lealtad es voluntaria en cuanto a que se ofrece en forma libre, sin coerción.

La lealtad es completa en el sentido que no es un interés casual sino un compromiso pleno con una causa.

En cambio un patriota, puede sentirse motivado por el afecto, preocupación, identificación, y una voluntad de sacrificio.

Según Nathanson tales lealtades, son definidas erróneamente como ilimitadas en sus alcances, y fracasan en reconocer los límites de la moralidad.