Se encargó al príncipe Ruperto contener la ofensiva francesa en su sector, mientras los otros ejércitos alemanes ejecutaban el Plan Schlieffen, pero este persuadió al mariscal Helmuth Johan von Moltke para que les permitiese ejecutar una contraofensiva.
El II Ejército francés tuvo que retroceder hasta Nancy, pero no fue perseguido inmediatamente por los alemanes.
El 20 de agosto, la contraofensiva alemana se desató, y los franceses tuvieron que retirarse al exponerse su flanco derecho.
El 6.º Ejército intentó capturar Nancy, cruzando la frontera de aquella época; no obstante, fue detenido.
De esta manera se dio inicio a un período de la guerra conocido como la carrera al mar, ya que los ejércitos alemanes y aliados intentaron desbordar los flancos del enemigo, moviéndose hacia el mar del Norte.
Luego, reservas alemanas contraatacarían, recuperando las posiciones originales y causando daños severos a la vanguardia enemiga.
[2] El general Von Falkenhausen preparó cinco divisiones adicionales como reserva, pero las colocó muy alejadas del frente, a unos 24 kilómetros, ya que quería protegerlas de la artillería enemiga.
El general Quast mandó a sus hombres durante la operación Georgette al sur del río Lys, cuyo objetivo era romper el frente en este punto con la ayuda del 4.º Ejército, para separar a los I y II Ejércitos británicos en abril de 1918.
[5] Sin embargo, Hazebrouck no pudo ser conquistada, y el 6.º Ejército fue detenido muy cerca de la población.
A mediados de octubre, el 6.º Ejército retrocedió detrás del río Escalda, como consecuencia de una ofensiva aliada desde Flandes, que había obligado al IV Ejército, al norte, a cruzar el Lys.
Tras la firma del armisticio de Compiègne, retrocedió organizadamente hacia Alemania, donde fue desmovilizado al finalizar el año.
Al mediodía del día siguiente, la fortaleza se rindió y toda resistencia organizada en el canal desapareció.
Los Aliados enviaron un escuadrón de bombarderos Fairey Battle a destruir los puentes en manos alemanas, pero la defensa antiaérea del VI Ejército y la Luftwaffe frustraron sus planes.
Esta fuerza enemiga era muy importante, ya que incluía al XXII Cuerpo Mecanizado, y se encontraba localizada en las marismas del Pripet, un área considerada no apta para los tanques por los alemanes.
Más al norte, el 6.º Ejército rodeó Járkov a mediados de octubre, y la Stavka soviética ordenó su inmediata evacuación, aprendiendo del error cometido en Kiev.
Antes de esto, fue necesario ejecutar la Operación Federico, que buscaba eliminar el saliente formado por Timoshenko en enero.
Stalin catalogó a dichas pruebas como una falsificación y siguió insistiendo en la inminente ofensiva alemana en el Norte.
El 5 de julio, a pesar de que la ofensiva alemana ya estaba alcanzando Vorónezh, la Stavka continuaba insistiendo en la ofensiva contra la capital rusa, argumentando que desde Vorónezh las fuerzas alemanas girarían hacia el Norte.
Sin una victoria a mano para justificar las pérdidas, la presión de la operación cayó sobre el 6.º Ejército alemán, que estaba intentando tomar Stalingrado.
El ataque del 6.º Ejército contra Stalingrado fracasó, y muy pronto se inició una brutal lucha callejera llamada Rattenkrieg, o "guerra de ratas".
Dos días después casi toda Dzerzhinski estaba en manos de los invasores, que se dirigieron hacia Barrikady.
El 13 de septiembre, ya iniciada la toma por la ciudad, fue presentada a Stalin la Operación Urano, ideada por los generales Alexander Vasilevski y Gueorgui Zhúkov.
Mientras tanto, se acumularían tropas frescas en los flancos del ejército invasor, al que finalmente lo rodearían por sorpresa, haciendo gala de una aplastante superioridad numérica.
No obstante, las órdenes de Hitler respecto a conservar Stalingrado eran bastante claras como para ser desoídas.
El apoyo externo llegó poco después, cuando el general Erich von Manstein fue designado Comandante en Jefe del recién formado Grupo de Ejércitos Don, cuyo objetivo no era liberar a Paulus y a sus hombres, sino crear un corredor para mantenerlos abastecidos.
El general Hube no logró convencer a Hitler, incluso le sugirió que terminase la guerra, pero fue en vano.
El 6 de enero los soviéticos enviaron a su primera delegación para negociar la rendición del 6.º Ejército, pero los alemanes rehusaron recibirlos.
Behr explicó la situación con toda franqueza, ignorando al Mariscal de Campo Wilhelm Keitel, quien le dio un leve golpe para que se callara.
Sus esfuerzos fueron en vano, ya que al norte, el 1.º Ejército Panzer empezó a retroceder, incapaz de contener los ataques rusos contra Krivói Rog.
El 6.º Ejército retrocedió, dejando a varias unidades aisladas en la ciudad (véase Batalla de Budapest).