[5] En 1934 se le nombró jefe del Estado Mayor rumano, pero sus desavenencias con el rey Carlos II, en especial por la corrupción de la camarilla real, llevaron a su destitución y traslado a un mando menor, acontecimiento que no disminuyó el prestigio de Antonescu entre la oficialidad, que lo consideraba generalmente honesto y eficaz.
[21] Planeó más tarde la guerra contra la República Soviética Húngara,[5] campaña que acabó con éxito con la toma de Budapest y el fin del régimen comunista.
[22] Logró poner en marcha la escuela tras grandes esfuerzos por los escasos medios a su disposición; casi perdió la vida el mismo año en una mala caída del caballo.
Se lo despachó como agregado militar en el otoño por empeño del rey, que quiso alejarlo de las intrigas militares.
[32] Había chocado[18] con el rey por ascensos inmerecidos de militares cercanos a la camarilla real durante su periodo al frente del Estado Mayor.
[18] Durante esta época, sintió desprecio por la democracia parlamentaria rumana, manipulada por el monarca, que consideraba ponía en peligro la defensa del país.
[36][39] Uno de sus primeros actos como ministro fue visitar al agregado militar francés para asegurarle que Rumanía seguía manteniendo la tradicional alianza con Francia.
[48][49] Condenado Codreanu, Antonescu fue detenido brevemente en su domicilio y luego enviado a provincias, al mando del 3.er Ejército en Besarabia.
[116] La ruptura entre los dos bandos que parecía inminente se pospuso a finales de noviembre porque las dos partes consideraron el momento inoportuno, pero esto supuso apenas una tregua.
[133][134][135][105] Ante la inminencia del choque con la Guardia y aprovechando como justificación la participación rumana en la Operación Marita, Antonescu solicitó una audiencia con Hitler para aclarar su actitud.
[140][141][142] Una vez cedida la Dobruja meridional a Bulgaria por los Acuerdos de Craiova, Italia y Alemania garantizaron las nuevas fronteras rumanas.
[158] En diversas declaraciones en los meses finales de 1940, proclamó que la alianza con el Eje no era una preferencia personal, sino una necesidad pragmática.
[175] Aunque derrotados, los dirigentes legionarios lograron evitar la represión de Antonescu, protegidos por los propios alemanes, que facilitaron su salida del país.
[175][178][181] Los dirigentes legionarios exiliados permanecieron en Alemania como posible alternativa a Antonescu en caso de que este decidiese abandonar su alianza con el Eje.
[205] Alineó la economía nacional con la alemana y sirvió también para obtener ventajosas concesiones como créditos a bajo interés, maquinaria agrícola o fertilizantes, además de asesoramiento en algunos sectores.
[267] Durante la reconquista de las provincias, las unidades rumanas asesinaron a civiles judíos, tarea que el 3.er Ejército continuó meses más tarde en Crimea.
[272][nota 26] La deportación se extendió incluso a zonas que no habían estado bajo dominio soviético, como la Bucovina meridional.
[317] A los deportados apenas se les permitió conservar un bulto y tuvieron que abandonar el resto de sus pertenencias.
[186] El permiso para que las unidades alemanas destinadas a invadir Grecia produjo la retirada de la embajada británica en febrero.
[31][345] Ante el ataque a Yugoslavia, indicó al comienzo que, dadas las tradicionales buenas relaciones rumano-yugoslavas, no deseaba plantear reclamaciones territoriales,[346] aunque se opuso tajantemente a la entrada de unidades húngaras en el Banato yugoslavo y amenazó con enviar tropas rumanas para expulsarlas si esto sucedía.
Tanto Antonescu como la elite política rumana eran renuentes aliados de Berlín en su lucha con las potencias occidentales, no así en el conflicto con la URSS.
[387] Las tropas rumanas eran las terceras por número del Eje, sumando 585 000 soldados combatiendo en el frente oriental entre junio y octubre de 1941.
[380] La campaña de Crimea, en la que Antonescu cooperó diligentemente con el general alemán al mando, Von Manstein, se saldó con una brillante victoria, satisfactoria para los dos aliados.
[389] La participación rumana en la campaña ucraniana produjo cierta oposición en los mandos, más pública por la larga enfermedad de Antonescu que parecía anunciar su pronto fallecimiento; este reaccionó pasando a la reserva a veintitrés altos mandos durante el verano y otorgándose poderes extraordinarios en septiembre para afrontar cualquier posible oposición.
[393] La importante derrota causó tensión entre Alemania y Rumanía, que se acusaron mutuamente de ser las responsables del desastre.
[385] La derrota en Stalingrado supuso un punto de inflexión en la política rumana: temiendo los avances soviéticos, Antonescu mantuvo la extensa cooperación militar con Alemania pero, al mismo tiempo, buscó un acuerdo con los Aliados occidentales.
[415] Los alemanes se negaron a sopesar la posibilidad de una paz separada con británicos y estadounidenses, sugerida por Mihai Antonescu en la misma reunión.
[425] Los soviéticos ofrecieron mejores condiciones unilateralmente en junio,[426][nota 40] pero Antonescu las rechazó, esperando aún poder pactar con los occidentales, posibilidad inexistente ya entonces por el acuerdo Churchill-Stalin sobre los Balcanes, que asignaba Rumanía a la URSS.
[433][431] El rey nombró inmediatamente un nuevo Gobierno encabezado por Sănătescu,[431][434] formado principalmente por militares y con los dirigentes de los partidos del Bloque como ministros sin cartera.
[457] Numerosos autores tolerados o patrocinados por el partido pasaron a adoptar un abierto nacionalismo xenófobo y chovinista tras la caída de Nicolae Ceaușescu.