Se presentaron cuatro proyectos de Constitución: una por parte del Partido Nacional Liberal, escrito con la colaboración de su principal dirigente Ion I. C. Brătianu, otro redactado por Boilă en Cluj bajo la influencia del Partido Nacional Rumano, un tercero propuesto por Constantin Stere que representaba la postura del Partido Campesino; y un cuarto escrito por C. Berariu.
Los liberales llegaron al poder en 1922 y lograron imponer su proyecto, que fue aprobado con 247 votos favorables (frente a 8 en contra y dos abstenciones) en la Cámara de Diputados el 26 de marzo de 1923 y al día siguiente en el Senado con 137 votos a favor (2 votos negativos y otras tantas abstenciones.
El Reino de Rumania se definió como un "estado nacional unitario e indivisible" con un territorio inalienable.
Aunque los gobiernos podían servir un máximo de 4 años tras los que debían celebrarse elecciones,[1] únicamente el gobierno de Gheorghe Tătărescu agotó este máximo.
[1][2] De esta manera se permitía la corrupción del sistema democrático ya que el gobierno generalmente utilizó el poder del Estado para garantizar que su partido obtuviese la mayoría en el parlamento.