Por ello, Joachim Ribbentrop empezó entonces utilizar en su propio apellido la partícula nobiliaria von, aunque no le correspondía por nacimiento.El mismo año, 1932, Ribbentrop se afilia al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP),[3] asumiendo la totalidad de los postulados del nazismo pese a que nunca había dado señas de alimentar ideas políticas de alguna especie, salvo un cierto conservadurismo monárquico mezclado con sincero anticomunismo, pero sin haber mostrado jamás sentimientos antijudíos.Esto causó que Ribbentrop se convirtiera en un "fanático del nazismo" para granjearse la simpatía del régimen; así su relación con Hitler como consejero en política exterior estuvo más basada en la adulación y sumisión a su figura que en el verdadero conocimiento de la diplomacia y las relaciones internacionales.En 1934 Ribbentrop logró inclusive crear un "despacho diplomático" totalmente nazi que operase de modo paralelo al Ministerio de Asuntos Exteriores dirigido por Konstantin von Neurath, despacho al cual denominó "Dienstelle Ribbentrop".El giro en política internacional propugnado por Ribbentrop supuso que Alemania abandonara su antigua alianza con China (que se había mantenido durante toda la República de Weimar) y empezara un acercamiento a los intereses de Japón.Más aún, Ribbentrop solía abandonar por varias semanas su despacho en Londres para volver a Alemania y atender su propia carrera política allí.Dos meses después participó en el Primer arbitraje de Viena para entregar territorio checoslovaco a Hungría.Inmediatamente después, el 27 de septiembre del mismo año, fue el artífice de la alianza entre Italia, Alemania y Japón, el Pacto Tripartito, para formar el Eje que, en sus propias palabras al diplomático soviético Viacheslav Mólotov, conquistaría Europa y se enfrentaría solamente a Estados Unidos y Gran Bretaña pero nunca a los soviéticos.Conforme avanzaba la Segunda Guerra Mundial y Alemania se sumía en la guerra total desde 1942, Ribbentrop fue perdiendo rápidamente protagonismo político hasta llegar a ser solo una figura burocrática, ganando cada vez menos acceso a Hitler y su principal entorno.Ante ello, Ribbentrop debió aceptar que funcionarios de las SS purgaran el cuerpo diplomático, perdiendo más influencia ante Hitler.