Está estrechamente emparentado con el portugués con el que formó unidad lingüística (galaicoportugués) durante la Edad Media.
En toda la comunidad autónoma de Galicia se habla gallego, donde es la lengua propia y cooficial junto con el castellano.
En las zonas del noroeste de Castilla y León que limitan con Galicia se habla gallego.
Una encuesta lingüística realizada en 2003 en Cataluña por su gobierno autónomo revelaba hablantes de gallego en la región.
[11] Se trata del otorgado por el rey Alfonso IX en abril de dicho año a la villa orensana.
El más antiguo documento latino-gallego-portugués fue encontrado en Portugal, y es una donación a la iglesia de Sozello, que se encuentra en el Archivo Nacional de Torre do Tombo, y está fechado en torno al año 870 d. C. Durante la Edad Media, el gallego-portugués fue, junto con el occitano, la lengua habitual de la creación poética trovadoresca en toda la península ibérica (ver lírica galaicoportuguesa).
No obstante, a finales del siglo XVIII, gracias al movimiento cultural de la Ilustración por el que atravesaba España, autores como Benito Jerónimo Feijoo defenderán el gallego como idioma independiente del castellano y lucharán contra la discriminación de esta lengua.
A finales del siglo XIX se produce el movimiento literario conocido como Rexurdimento, con el cual, gracias a autores como Rosalía de Castro, Curros Enríquez, Valentín Lamas Carvajal o Eduardo Pondal, se convierte el gallego en lengua literaria, aunque casi exclusivamente utilizada en poesía.
En 1906 se fundó la Real Academia Gallega, institución encargada de la protección y difusión del idioma.
El gallego sigue siendo la lengua mayoritaria en las provincias de Lugo y Orense, sin embargo hay una tendencia a que el castellano gane terreno en el uso diario.
[13] Según la separación dialectológica de Galicia empleada por organismos como la Real Academia Gallega (RAG) y el Instituto da Lingua Galega (ILG) existen tres bloques lingüísticos reconocidos, cada uno con sus particularidades.
El filólogo portugués Cintra, que estudió los dialectos gallegos como pertenecientes al diasistema gallego-portugués y cuyos trabajos son considerados de referencia en Portugal, prefirió separar el territorio gallego en dos áreas: la occidental, que presenta gheada (aspiración del fonema /g/ convirtiéndose en una /h/ aspirada similar a la del inglés) y la oriental, que no presenta este fenómeno.
No es de extrañar dicha influencia, pues se da también en sentido contrario: rasgos gallegos en el leonés occidental.
Algunos de estos representantes son por ejemplo el Grupo Nós o las Irmandades da Fala.
En la actualidad y con el avance de las nuevas tecnologías han salido iniciativas en línea como la web somoscultura.gal o podgalego.agora.gal.
En el primero, se dispone que las «Normas ortográficas e morfolóxicas do Idioma Galego» (NOMIGa), elaboradas conjuntamente en 1982 por la Real Academia Gallega (RAG) y el Instituto da Lingua Galega (ILG), quedaban aprobadas como la "norma básica para la unidad ortográfica y morfológica de la Lengua Gallega" (artículo 1).
Diferentes entidades culturales defienden al gallego como variedad diatópica del diasistema lingüístico gallego-luso-africano-brasileño, conocido mundialmente por el nombre de portugués, y promueven una normativa denominada "reintegracionista" consistente en la aceptación de una ortografía gallega muy semejante a la portuguesa.
Seguramente, por ello, el debate lingüístico se ha visto viciado por el trasfondo político e ideológico que cada una de estas propuestas parecen representar.
Por un lado, se ha identificado el reintegracionismo con nacionalismo gallego ("arredismo", en gallego)[cita requerida] o incluso con la reunificación territorial con Portugal (aunque esta idea no parece subyacer en ningún caso detrás de las posturas reintegracionistas)[cita requerida].
Por otro lado, los reintegracionistas tachan a los autonomistas de "españolistas" y denuncian que en el fondo pretenden la desaparición del gallego en favor del castellano, al aproximarlo en la ortografía, léxico, fonética, sintaxis y morfología al castellano.
Tanto la normativa reintegracionista como la normativa autonomista tienen connotaciones políticas en Galicia, siendo algunos defensores del reintegracionismo personas vinculadas con el nacionalismo gallego, y siendo algunos de los defensores del autonomismo personas vinculadas a la derecha, aunque hay reintegracionistas que reclaman con insistencia que no se relacione su postura con ninguna opción política, y hay gallegos que se reivindican «lusistas» como Adolfo Domínguez, sin renunciar por ello a la lengua castellana.
Tampoco contribuyó a resolver en su día el debate la división del movimiento reintegracionista[cita requerida].
En algunos casos, las vocales del conjunto átono final aparecen en otras posiciones, como por ejemplo en la palabra termonuclear [ˌtɛɾmʊnukleˈaɾ], porque el prefijo termo- se pronuncia [ˈtɛɾmʊ].
Dichos diptongos son decrecientes cuando la primera vocal tiene un mayor grado de abertura que la segunda, y crecientes, cuando ocurre al revés.
Así, para la mayor parte de los gallegos, "piano" es una palabra trisílaba, y "serie" tiene acentuación esdrújula
Existen además estos dígrafos: rr, ch, ll, nh, gu, qu; con sonidos diferentes a cada una de las letras por separado.