En estos años contribuyó con numerosas colaboraciones a las más destacadas revistas literarias (A Nosa Terra, Nós, Guion, Galiza, Resol, Universitarios, Papel de Color) e inició la publicación de sus libros poéticos, primero en castellano y después en gallego.
Imposibilitado para ejercer la función pública, el filántropo y empresario gallego Antonio Fernández López le ofreció la posibilidad de refugiarse en la educación privada (entre 1950 y 1965) en el Colegio Fingoy de Lugo, en el que ejerció como consejero delegado, pues no estaba autorizado para ser director.
Paralelamente a su labor docente, desarrolló en estos años un importantísimo trabajo investigador —iniciado con su tesis de doctoramiento, Aportaciones a la literatura gallega contemporánea (1955, premio extraordinario) — que tuvo como fruto más valioso la publicación en 1963 de la Historia da literatura galega contemporánea.
Por fin, en 1972 accedió por oposición a la recién creada cátedra de Lingüística y Literatura Gallega.
Se jubiló en 1980 pero mantuvo su actividad creadora y siguió colaborando con diversas asociaciones.
El Consello da Cultura Galega con motivo de la celebración del Día das letras Galegas 2020 dedicadas a Ricardo Carballo Calero, editó la composición musical en forma de impromptu fantasía para soprano y piano del catedrático y compositor Miguel Brotóns con título Ferrol 1916.
Composición inspirada en el poema homónimo perteneciente a la obra poética Futuro condicional de Ricardo Carballo Calero.