Además decide la personalidad literaria a la que se le dedica el Día de las Letras Gallegas.
Este artículo despertó interés y en 1905 se constituyó en La Habana la Sociedad Protectora de la Academia Gallega, gracias al impulso de Manuel Curros Enríquez y Xosé Fontenla Leal.
Los objetivos iniciales eran fundamentalmente lingüísticos e incluían la elaboración de un diccionario y una gramática, proyectos que se demorarían muchos años.
El segundo presidente, Andrés Martínez Salazar, lo fue sólo un año, ya que murió inesperadamente.
El resultado fue la superposición de las armas o escudo gallego sobre la bandera civil, formando la actual bandera oficial que debe figurar en los actos oficiales del gobierno e instituciones gallegas.
La Real Academia fue reconocida como entidad normativizadora del gallego mediante la Ley de Normalización Lingüística (1983).