Gheada

La gheada (pronunciado [ħeˈaða̝]) es un fenómeno fonético del idioma gallego que consiste en la articulación de la g fricativa u oclusiva velar sonora como una fricativa velar sorda similar a la j castellana.

En el siglo XVIII no se han encontrado referencias evidentes a la utilización de la geada.

Según la normativa oficial de la lengua gallega, la gheada se puede utilizar libremente en el lenguaje oral, pero nunca en el escrito.

El primer principio relativo a su uso se basa en la presuposición de que un grafema g (ante e, i) o j (ante o, u, a) tiene el mismo valor fonético que presenta en castellano.

Será, por tanto, complicado, encontrar una g o una j que puedan corroborar la existencia de la geada antes del siglo XVII.

El castellano ocupará su lugar entre los letrados y el gallego quedará relegado a lengua exclusivamente oral.

A partir de este momento, el gallego se moldeará sobre el castellano grafemáticamente.

Por otro lado, Zamora Vicente sostiene una “tesis autonomista”, que explica el desarrollo de la geada apelando al “arraigado primitivismo de la cultura y la lengua rural del Noroeste hispánico”.

[1]​ En el siglo XVIII la gueada se hace cada vez más frecuente debido a la presión del castellano y la pronunciación generalizada de su /x/.

El aumento de la burocracia centralista borbónica (que impone y expande su lengua) también contribuye a la castellanización.

Prospectandum latrante cane vetulo» A mitad de siglo ya era común el carago del castellano carajo y lo vemos con frecuencia en J. Agostinho de Macedo: «Eternas côrtes dos caragos ôcos, eu as achei primeiro» ya en referencia a los españoles, ya a los gallegos: «o corpo colossal dos vis caragos».

Entrado el siglo XIX los ejemplos son muy abundantes, se dan tantos casos de geada que perduran hasta la actualidad A la mayor parte de las clases bajas de las ciudades no les suponía un gran inconveniente, ya que todos optaban por la vía más cómoda, que consiste en la «adaptación» con la /g/.

De este modo, surge la dialéctica /g/ frente a /x/ en castellano-galleguizado, gallego-castellano, o champurrado.

En estos casos particulares al cambiar el sentido la sustitución es fácil llegar a la confusión.

Tal es el caso de añejo que puso anejo al lado del tradicional anello, disminuyendo su uso.

Esta característica lingüística se produce sólo en idioma gallego , por lo general nunca en la variedad del castellano de Galicia .