El concejo representa a una figura casi ovalada delimitada por un conjunto de sierras y cordales.
También en su parte oriental y yendo hacia el sur divisamos la sierra de Ouroso, encontrando la cota máxima del concejo con 1033 metros.
Su fauna fluvial es la más rica, pudiendo encontrar en sus caudalosas aguas numerosos ejemplares de truchas.
Afortunadamente, en los últimos tiempos una esperanza se abre para toda esta comarca y ésta no es otra que la implantación de un turismo rural que anime a reactivar toda la zona, disfrutando en ella y con ella de sus maravillosos paisajes.
Sin duda alguna la emigración tuvo algo que ver en todo el proceso, produciéndose movimientos y salidas, a principios de la centuria pasada, hacia lugares ultramarinos en las Américas, y ya a mediados del siglo hacia las zonas más industrializadas de la región, siendo estas últimas las que verdaderamente afectaron al municipio.
Hay que comentar del mismo modo la importante industria artesana cuchillería desarrollada en el concejo, que utilizó, y sigue usando molinos, mazos y batanes movidos por la fuerza del agua.
Durante este tiempo todos los alcaldes, administradores y jueces de las distintas alcaldías pertenecientes a Castropol se reunían en el campo de Tablado donde recibían órdenes del poder episcopal.
Pero toda esta dependencia de Castropol acabó con la desamortización llevada a cabo por el rey Felipe II a raíz de tener que sufragar los gastos acarreados por las distintas contiendas en las que estaba inmiscuida la corona Española.
En junio de 1584 se eligieron un regidor y tres concejales, dos por Taramundi y uno por Ouria, que elaboraron las primeras leyes del concejo, contando para ello con la participación de varios vecinos comisionados.
En el siglo XIX esta industria sufre un proceso de cambio, teniendo que convertirse en una producción mucho más específica como consecuencia de la moderna siderurgia que se instala en el norte del país.
Taramundi es uno de los concejos del occidente asturiano donde se habla el eonaviego (o gallego-asturiano).
Actualmente se realizan también muchas piezas en acero inoxidable, y con materiales diferentes en los mangos, incorporando incluso metales preciosos hasta llegar a la realización de auténticas piezas de joyería.
El Ayuntamiento de Taramundi, ha editado un libro titulado "Acero en las Venas", cuyo autor Rafael Utrilla Barbeito, realiza un recorrido por este especial vínculo que el municipio ha tenido y tiene con la cuchillería, convirtiéndose además en un documento único como "tratado" sobre las técnicas, materiales, piezas y artesanos, que a lo largo de la historia ha habido en Taramundi.
No nos podemos tampoco olvidar del Llagar, que es el primero y único que se creó en esta zona del Occidente asturiano, donde la sidra no era uno de los productos más habituales hasta hace unos años.
Estos últimos están dedicados al Cristo Crucificado y a la Dolorosa.
También cuenta con un reloj solar del año 1770, realizado en pizarra y colocado en el muro exterior.
La arquitectura indiana también tiene su representación en Taramundi, siendo la antigua escuela de Bres su ejemplo más característico.
Tiene mazo, molino, batán, piedra de afilar y hasta una pequeña central eléctrica que lo alimenta.
En el museo existen 19 molinos: 8 manuales, 6 hidráulicos, 3 específicos para niños y 2 especiales (Estos dos últimos a tamaño natural, pero expuestos en condiciones ideales, para la compresión de los diferentes elementos de estos ingenios).
Se completa la visita al museo con un paseo exterior, vitrinas de elementos relacionados con los molinos y paneles informativos.
Siguiendo en dirección al río, se cruza por el puente de la Escaderna hasta alcanzar la carretera que conduce a Esquíos.
El camino hasta Veigas está rodeado de robles, castaños y abedules.
La ruta continúa tras cruzar el arroyo de la Valiña hasta llegar al caserío de Pasatempo donde vuelve a cruzar el río y se coloca a su margen derecha.
Desde Mousende la ruta se dirige a los caseríos de La Garda, Vilanova y Cabaniñas.
Atravesando Lourido la ruta sigue por la carretera y llega hasta Piñeiro de Arriba donde se pueden ver construcciones típicas de la zona, con sillería en la entrada principal, patio central, hórreo y cabazo.
El camino desciende y sale del pueblo en dirección a Aguillón donde entra por la parte alta.
Allí se puede ver un palomar octogonal, ejemplar muy raro en estas zonas.
Después de atravesar la carretera se puede ver un mazo junto al río.
En este pueblo se puede visitar la capilla de san Roque, en la parte más alta.