La democracia cristiana es una rama del conservadurismo que tiene sus orígenes en el pensamiento de figuras tales como Jacques Maritain, Emmanuel Mounier o Luigi Sturzo, la doctrina social de la Iglesia católica y la ética social protestante.[1] Es distinto del socialismo cristiano, aunque tienen raíces ideológicas comunes y las dos doctrinas dicen estar influidas por las enseñanzas de Jesucristo.En un principio fue condenada por la Iglesia católica —con mayor contundencia por los papas Pío IX y Pío X—, si bien el papa León XIII aceptó la expresión «democracia cristiana» en el sentido de «acción benéfica en provecho del pueblo», condenando en cambio la democracia social, por ser enemiga de la organización por clases sociales, y la democracia política, por afirmar que el poder emana del pueblo.Mientras en Europa representa al movimiento político de centroderecha dominante, en Latinoamérica los partidos demócrata-cristianos tienden a inclinarse hacia la centroizquierda.Para la Iglesia católica, la democracia cristiana ha existido desde finales del siglo XIX, cuando el Papa León XIII escribió la encíclica Rerum novarum, una respuesta al socialismo y a los nuevos sindicatos en la cual la Santa Sede reconoció las privaciones del trabajador y se dispuso a aliviarlas.[10] No obstante, algunos católicos dieron al concepto de democracia cristiana un significado político, distinto del postulado por León XIII.Respecto a la cuestión obrera, en 1931 el papa Pío XI reafirmaría la posición de la Iglesia católica en la encíclica Quadragesimo Anno.En política, es claramente democrático y aspira a fortalecer el sistema compartiendo posiciones únicamente con partidos de idéntica vocación.Es manifiestamente contrario al estatismo o colectivismo, por cuanto limita la libertad y anula el valor de las comunidades naturales.Por ello se han puesto límites a la capacidad planificadora y edificadora de la política.No le corresponde disponer a su antojo de la naturaleza, que nos ha encomendado para configurarla y preservarla.Como generalización, se puede decir que los partidos democristianos en Europa tienden a ser moderadamente conservadores, y en varios casos se presentan como el principal partido conservador en sus respectivos países (por ejemplo en Alemania, España, y Bélgica).Estas generalizaciones, sin embargo, deben ser diferenciadas por la consideración de que la democracia cristiana no encaja precisamente en las categorías usuales del pensamiento político, sino que más bien incluye elementos comunes a otras ideologías políticas: Los democristianos son por lo general conservadores en lo social, y como tales, mantienen una posición relativamente escéptica respecto a temas como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque algunos partidos demócrata cristianos han aceptado la legalización limitada de ambos.En algunos países latinoamericanos los partidos democristianos suelen ser posicionados a la derecha del espectro político, entre otras cosas, por sus posturas económicas neoliberales y conservadoras casos de México, Costa Rica, Perú y Ecuador, mientras en otras naciones se les ubica a la izquierda con posiciones mucho más progresistas o que forman parte de coaliciones junto a partidos socialistas casos de Chile, Uruguay, Paraguay y Guatemala.Desclée de Brouer, 1968), en el cual Maritain efectuó rectificaciones a resultas del post-concilio, y las enseñanzas de los papas León XIII, Pío XI, Pío XII, Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio (1967), Juan Pablo II en su encíclica Sollicitudo rei socialis (1987) y en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (2004), y Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate (2009); en la base del pensamiento democristiano es muy importante la distinción entre cristianismo y cristiandad porque no ven posible una vuelta atrás a la época feudal europea, la cristiandad tradicional, en que existía una unidad cristiana en los ámbitos sociocultural y político, con una cabeza visible que era el Papa que consagraba a los reyes.Papa Juan XXIII Mater et Magistra Pacem in Terris Concilio Vaticano II Dignitatis humanae Gaudium et Spes Papa Pablo VI Populorum progressio Papa Juan Pablo II Laborem Exercens Sollicitudo Rei Socialis Centesimus Annus Evangelium Vitae Papa Benedicto XVI Deus Caritas Est Caritas in Veritate Papa Francisco Lumen fidei Laudato Si General Subsidiaridad Solidaridad Es que muchos de estos pensadores católicos sin esperanza respecto de la política contemporánea que no son democráticos, al igual que otros que llegan hasta el extremo de afirmar que se puede ser católico y capitalista o católico y comunista, pregonan que la Doctrina Social de la Iglesia y las encíclicas sociales no son dogma porque los Papas no hablan en ellas «ex cathedra», pero este planteo se contradice con las mismas enseñanzas de la Iglesia Católica que califica a este razonamiento como «teología del dispenso» contemporánea.También el Magisterio ordinario universal goza de infalibilidad, como bien lo señala taxativamente la Lumen Gentium:Más aún, ciertos pensadores políticos cristianos como el Siervo de Dios Robert Schuman, en su obra Por Europa[24] (en francés Pour l’Europe)[25] profundiza la relación entre la formación de la democracia moderna y el cristianismo:Para la democracia cristiana el Estado no debe considerar a la religión como un simple sentimiento individual, que se podría confinar al ámbito privado.Estos valores, afirman que, antes de ser cristianos, son humanos; por eso ante ellos no puede quedar indiferente y silenciosa la Iglesia, que tiene el deber de proclamar con firmeza sus creencias sobre el hombre y su dimensión sobrenatural.Sin embargo, ante la nueva sociedad que surge de las revoluciones industriales, no había realizado un planteamiento específico.Además discutía sobre las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización socioeconómica que más tarde se llamaría corporativismo.La Santa Sede, que seguía tutelando la participación de los católicos en la vida pública, estableció como límite los pactos o acuerdos con los partidos considerados ateos.La encíclica salió precisamente cuando habían comenzado a imperar los ultranacionalismos italiano y alemán en Europa.[29] La democracia cristiana siguió creciendo, no solo en Europa Occidental, sino también en países de América latina, como Chile.En esta encíclica se alientan las vías cooperativas en las empresas donde trabajadores y empresarios participan tanto en la gestión como en los beneficios.La Internacional Demócrata Cristiana (IDC), agrupa a un centenar de partidos, fundamentalmente europeos y latinoamericanos.La primera agrupación demócrata-cristiana en España fue el Grupo de la Democracia Cristiana, creado en 1919, que dio lugar en 1922 al Partido Social Popular.Si ésta es interclasista, la democracia cristiana se dirige a un electorado no exclusivamente religioso.En Pakistán la Liga Musulmana de Pakistán (N) ha obtenido en varias ocasiones el gobierno del país y es un partido que también aduce defender la democracia islámica, conservador sin ser islamista, es por lo general considerado un partido moderado de centroderecha.
En 1987 el político democristiano venezolano
Rafael Caldera
, fue invitado por el papa Juan Pablo II como orador de orden en la conmemoración de los veinte años de la encíclica
Populorum Progressio
.