Así podríamos, por ejemplo, hablar de la civilización o cultura moderna en un sentido muy amplio y ese es el sentido que generalmente se le da en el ámbito de la filosofía política, la teoría sociológica y la teoría crítica.Así, en este segundo caso, podemos hablar de la literatura modernista o posmodernista, al igual que en el arte.La confusión entre ambos planos ha generado muchas dificultades de comprensión y debe tenerse siempre en cuenta.Aunque el posmodernismo en este sentido no guarda más que una relación muy lejana con el posmodernismo tal como se entiende habitualmente —coincidiendo por lo general, de hecho, con los principios teóricos y metodológicos del modernismo artístico— la relación de ambigüedad entre la superación y la conservación que dificulta la definición del mismo ya se hace aparente aquí.En el sentido cultural más amplio —o más bien dicho en el sentido de civilización— el uso que Arnold J. Toynbee haría del término para indicar la crisis del humanismo a partir de la década de 1970 está relacionado con fracturas amplias que exceden con mucho los aspectos estéticos y se relacionan con la organización social en su conjunto, como también lo observaría Marx, Freud y Nietzsche.El uso del término por Bernard Smith en 1945 para designar la crítica a la abstracción por parte del realismo soviético y por Charles Olson para indicar la poesía de Ezra Pound estaba a caballo entre las dos concepciones anteriores.Dichos valores, plantean estos autores, —como, por ejemplo, Jürgen Habermas— son la única salvaguarda frente a la fragmentación social y la precarización del estado nación.El término Posmodernidad ha dado paso a otros como modernidad tardía, modernidad líquida, sociedad del riesgo, globalización, capitalismo tardío o cognitivo, que se han vuelto categorías más eficientes de análisis que la de Posmodernidad.En cambio, el Posmodernismo sigue siendo una categoría que en los ámbitos estéticos se ha manifestado muy productiva y no necesariamente contradictoria respecto a las recién indicadas.Esto produce como consecuencia la cristalización de un nuevo paradigma global, cuyo máximo exponente social, político y económico es la globalización.La filosofía posmoderna surgió sobre todo en los años 1960, especialmente en Francia (lo que los estadounidenses denominaron con el nombre de French theory[7]).Este nombre agrupa pensamientos que desarrollan una fuerte crítica a la tradición y la racionalidad propias de la Modernidad occidental.Aunque no es fácil hablar de autores posmodernos, sí se reconocen características de la posmodernidad en muchos de los autores de la literatura contemporánea, como los estadounidenses David Foster Wallace, Paul Auster, Giannina Braschi, John Fowles, Thomas Pynchon y Don DeLillo, el alemán Winfried G. Sebald, la italiana Susanna Tamaro, el mexicano Felipe Montes, el francés Michel Houellebecq, el griego Dimitris Lyacos, Ariel Garaffo, y Juan Manuel Tucky, J. G. Ballard, Philip K. Dick, Chuck Palahniuk junto a muchos otros.Características, según Alberto Fuguet: Este último punto es el que más interesa en la relación literatura y cultura popular, en la medida en que el posmodernismo está íntimamente relacionado con la consolidación del fenómeno de la masificación del arte, que en general se manifiesta por la integración (a través sobre todo de la cita y el pastiche) de códigos canónicos y códigos masivos y que en el campo particular de la literatura da origen al término «paraliteratura».La cultura posmoderna se caracteriza por la incredulidad con respecto a los metarrelatos, invalidados por sus efectos prácticos y actualmente no se trata de proponer un sistema alternativo al vigente, sino de actuar en espacios muy diversos para producir cambios concretos.Su obra, escrita en tres idiomas —español, espanglish, e inglés—, expresa el proceso cultural de tantos hispanos que han emigrado a los Estados Unidos y explora las opciones políticas de Puerto Rico: nación, colonia, y Estado.Andreas Huyssen: para este autor, existe una relación entre modernismo estético y el posestructuralismo (que es una variante de modernismo confiado en su rechazo de la representación y la realidad en su negación del sujeto, la historia, etc.) Este autor defiende que la cultura posmoderna debería ser captada en sus logros y sus pérdidas, en sus promesas y perversiones e intenta defender con sus obras (Dialecta escondida, Guía de la posmodernidad…) que si las vanguardias intentaron cambiar el mundo, más lo hizo la tecnología, la industria cultural.Rosa María Rodríguez Magda: para esta autora, si la posmodernidad postulaba el fin de los Grandes Relatos, ahora habríamos entrado en una nueva etapa que denomina transmodernidad, caracterizada por la aparición de un nuevo Gran Relato: la globalización.Su teoría se inscribe en la línea de las aportaciones realizadas por Baudrillard, Bauman y Zizek.