Cultura de la vida
Esta actitud se opone a las prácticas que considera destructivas hacia la vida humana, como la investigación de células madre embrionarias, el aborto, la eutanasia, los métodos anticonceptivos y las esterilizaciones (vasectomía y ligadura de trompas).El término se originó en la teología moral católica, y fue popularizado por el papa Juan Pablo II.[2][fuente cuestionable] Desde el activismo católico conservador —en consonancia con su defensa de un orden sexual procreativo— se ha venido utilizando dicha expresión desde los años 90, especialmente como medio de oposición a los principales cambios culturales, políticos y legales que demandan los movimientos feministas, por la diversidad sexual y los derechos sexuales y reproductivos.La expresión debe su origen al Papa Juan Pablo II, quien la empleó por primera y con una sola mención en la encíclica de 1991 "Centesimus Annus" en el siguiente párrafo del numeral 39: “Hay que volver a considerar la familia como el santuario de la vida.En ella se opone al aborto, los anticonceptivos, los métodos de reproducción asistida, la experimentación con embriones y la eutanasia.