Tras la síntesis de ADN, los pronúcleos no se fusionan, sino que disuelven las membranas y colocan los cromosomas en el huso mitótico, dando lugar al cigoto, la primera célula, con la dotación genética completa, a partir de la cual se desarrollará el embrión.
Por la otra cara del citotrofoblasto se produce un cambio celular que dará lugar a las vellosidades coriónicas.
A partir del mesodermo también se forma la lámina coriónica, parte de la cual atraviesa la cavidad coriónica, formando el pedículo de fijación que posteriormente se convertirá en el cordón umbilical.
El cambio más importante que se produce en esta última fase del primer mes de embarazo es el plegamiento del disco embrionario: la notocorda es el diámetro axial de un disco que comienza a cerrarse sobre sí mismo, dando lugar a una estructura tridimensional seudocilíndrica que empieza a adoptar la forma de un organismo vertebrado.
En su interior se forman las cavidades y membranas que darán lugar a órganos huecos como los pulmones.
En una de sus primeras transformaciones pierde la apariencia asexuada y presenta nítidamente su condición masculina o femenina.
Todos los órganos se encuentran formados y de ahí en adelante sólo deberán perfeccionarse.
Disminuyen los riesgos de aborto y el feto aumenta su resistencia contra agentes agresores.
El feto aún tiene una cabeza enorme, desproporcionada en relación con su longitud de aproximadamente 18 cm.
Sus pulmones ya están formados, pero aún respira el oxígeno de la sangre materna.
En este mes el feto mide 30 cm, y pesa más de 1 kg.