Estas intuiciones han servido para colocar cimientos a la propuesta filosófica y cultural del Personalismo.
Kant intenta superar la oposición entre racionalismo y empirismo; su reflexión trascendental sobre la razón pura como condición para la posibilidad de un conocimiento objetivo, será fundamental en toda la filosofía posterior, por ello su planteamiento tiene una importancia extraordinaria.
Por lo tanto, ya no entra solamente entre los fines subjetivos, sino vale también como principio objetivo y universal.
Para Kant (1724-1804), a finales del siglo XVIII y después de la Revolución francesa, la jerarquía epistemológica se ha invertido.
Heidegger, Sartre y otros pensadores, casi un siglo después, retomarían en este punto la ruta desbrozada por Kierkegaard.
Para ello, presenta los tres estadios fundamentales del camino de la vida, es decir, las esferas que marcan un itinerario individual.
Este es el estadio al que se llega mediante una relación subjetiva muy personal y auténtica con Dios por medio de la fe.
No es una idea enteramente suya, pues con distintos matices se encuentra en buena parte de la antropología contemporánea.
De ahí el valor liberador del perdón; 5.Ser fiel, considerando la vida como una aventura creadora, que exige fidelidad a la propia persona.
La nación así se constituiría como el punto intermedio entre sociedad y Estado, alcanzando su plena realización en una comunidad personalizada.
Comunidad El personalismo de Nédondelle no conduce a ningún “colectivismo”, sino más bien le es contrario.
Entre los principales puntos a desarrollar por el personalista, se encuentra la distinción que hace entre lo misterioso y lo problemático.
Otro elemento importante dentro de su reflexión filosófica reside en el lugar que a la corporeidad humana le otorga.
De esta manera, la libertad humana no es comprensible sin la referencia a algo más grande que ella.
Es en este punto en donde se ubica el centro de su antropología; una consideración del hombre como imago Dei, como apertura y referencia a Dios, una dimensión que confiere a la persona un valor sagrado e inviolable y fundamenta de modo definitivo su dignidad.
Esta misma idea reaparece al momento en que Juan Pablo II escribe sus catequesis sobre el amor humano.
Además ayudará a entender que la subjetividad de la persona se participa al ser y hacer-junto-con-otros.
El padre, a pesar de estimar mucho Alemania, se sentía allí siempre como un huésped.
«Lo que a mí se me muestra no es un montón de detalles, sino un tejido en el que cada elemento está condicionado por los demás; cada uno sustenta al otro, cada individuo está dentro de un todo, y el todo, a su vez, se manifiesta en cada individuo.
Estas realidades —una obra artística o literaria, una persona, una institución, los valores…— solo podemos conocerlas cuando asumimos, con actitud respetuosa y colaboradora, las posibilidades que nos ofrecen.
La clave para conseguir esta meta fue el desarrollo del método fenomenológico, un nuevo modo filosófico de acercarse a la realidad.
Husserl abría con su método un camino para que la filosofía se volviese de nuevo hacia la realidad y reflexionase sobre lo existente.
Haciendo necesario una nueva antropología que examine la esencia del hombre, en su relación con el animal y con la planta.
Este actuar del hombre tiene su base en lo que Scheler define como “recogimiento” cuyo fin es la “conciencia de sí”.
Es así como entra en el campo del personalismo ya que Scheler vuelca ambos cuestionamientos para un estudio más profundo de la persona.
Tal intelectualismo «desindividualiza» al hombre, y, por consiguiente, le despersonaliza, ya que es esencial a la persona el ser un individuo concreto.
Con esto se refiere a la relación que los seres humanos tenemos con el mundo y con las demás personas.
La persona está esencialmente ordenada a la relación ya sea de tipo interpersonal, familiar o social.
[1] Al menos tres son las tendencias a las que han llegado los pensadores personalistas: En esta perspectiva caben: Jacques Maritain, entre otros.
Si bien minoritaritaria, ha tenido relevancia porque algunos de los pensadores personalistas más influyentes se han situado en este espectro político.