[3] Ambas educadoras eran judías aunque de religión protestante liberal en cuanto al dogma y muy exigentes en materia moral.
Para G. Marcel, Descartes encierra al ego (en francés Moi es decir en castellano traducible ya no como deíctico sino como un pronombre-adjetivo "mí") en "su concha": El "Yo Pienso" de Descartes es un molde que no puede deshacerse por sí mismo.
Henri aprovechaba sus numerosos viajes al exterior y mostrarle lo mejor del arte europeo.
Con este trabajo entró en contacto con el idealismo alemán especialmente con Fichte y Hegel aunque desde una postura crítica.
Este último influyó notablemente en su pensamiento especialmente en sus conceptos de intuición creativa y duración.
Sus notas personales acerca de estos estudios dejan ver que intentaba hacer una publicación de comentario a esas obras e ideas pero al final la abandonó debido al ambiente positivista y racionalista que reinaba en las universidades.
Todos esos apuntes a la vez que proponían su reflexión personal sobre lo leído o estudiado, eran redactados en forma de diario.
Sus fragmentos filosóficos (escritos personales desde 1909 a 1914) fueron publicados solo en 1962 y el así llamado «Diario metafísico» (Journal métaphysique) en 1927.
En 1929 tras largo período de inquietud religiosa e influenciado por sus amigos, Du Bos y Mauriac, Marcel se convirtió al catolicismo.
En ese mundo, el niño ve un refugio de recuerdos felices donde vuelve cada vez que hace falta.
En el caso de los que morían hacía notar al mismo tiempo su lejanía (ya no están) y su cercanía (la nostalgia).