Entre sus avances en física se encuentran sus fundamentos en hidrostática, estática y la explicación del principio de la palanca.
Entre los pocos datos ciertos sobre su vida, Diodoro Sículo aporta uno[12] según el cual es posible que Arquímedes, durante su juventud, estudiase en Alejandría, en Egipto.
De acuerdo con su relato más popular, Arquímedes estaba contemplando un diagrama matemático cuando la ciudad fue tomada.
De acuerdo con la tercera historia, Arquímedes portaba instrumentos matemáticos, y fue asesinado porque el soldado pensó que eran objetos valiosos.
En cualquier caso, según todos los relatos, el general Marcelo se mostró furioso ante la muerte de Arquímedes, debido a que lo consideraba un valioso activo científico, y había ordenado previamente que no fuera herido.
La frase es a menudo citada en latín como Noli turbare circulos meos, pero no hay evidencia de que Arquímedes pronunciara esas palabras y no aparecen en los relatos de Plutarco.
[25] Arquímedes tenía que resolver el problema sin dañar la corona, así que no podía fundirla y convertirla en un cuerpo regular para calcular su masa y volumen, a partir de ahí, su densidad.
Según el relato, en la calle gritaba «¡Eureka!» (en griego antiguo: «εὕρηκα» que significa «¡Lo he encontrado!»).
[30] Alrededor del año 1586, Galileo Galilei inventó una balanza hidrostática para pesar metales en aire y agua que aparentemente estaría inspirada en la obra de Arquímedes.
[33] Según Ateneo, era capaz de cargar 600 personas e incluía entre sus instalaciones jardines decorativos, un gimnasio y un templo dedicado a la diosa Afrodita.
Entonces entraba en acción la garra, que consistía en un brazo semejante a una grúa del cual pendía un enorme gancho de metal.
Sin embargo, las fuentes que recogen estos hechos son tardías, siendo la primera de ellas Galeno, ya en el siglo II.
Siglos más tarde, Antemio de Tralles menciona los espejos ustorios como arma utilizada por Arquímedes.
De este modo se habría podido utilizar el principio del reflector parabólico, en una manera similar a un horno solar.
Para probarlo hizo una serie de experimentos y demostraciones, entre las que destaca una espectacular exhibición en los jardines reales, en 1747.
Concluyó que Arquímedes probablemente trabajó a una distancia de 30-45 metros cuando incendió las embarcaciones romanas.
La maqueta estaba pintada con una capa de betún, lo cual podría haber ayudado a la combustión.
Para prenderse fuego, la madera necesita alcanzar su punto de inflamabilidad, el cual ronda los 300 °C.
[44] Cuando los cazadores de mitos emitieron el experimento llevado a cabo en San Francisco en enero de 2006, la afirmación fue categorizada como falsa, debido a la duración del tiempo y el clima necesarios para la combustión.
Además, armas convencionales como flechas en llamas o catapultas hubieran sido una forma mucho más fácil de prender fuego un barco a cortas distancias.
Según Pappus de Alejandría, debido a su trabajo sobre palancas comentó: «Denme un punto de apoyo y moveré el mundo» (en griego: δῶς μοι πᾶ στῶ καὶ τὰν γᾶν κινάσω).
En su obra Sobre la esfera y el cilindro, Arquímedes postula que cualquier magnitud, sumada a sí misma suficiente número de veces, puede exceder cualquier otra magnitud dada, postulado que es conocido como la propiedad arquimediana de los números reales.
El valor real se ubica aproximadamente en 1.7320508, por lo que la estimación de Arquímedes resultó ser muy exacta.
Sin embargo, introdujo este resultado en su obra sin explicación de qué método había utilizado para obtenerlo.
En su obra sobre La cuadratura de la parábola, Arquímedes probó que el área definida por una parábola y una línea recta equivalía exactamente a 4⁄3 el área del correspondiente triángulo inscrito, tal y como se puede observar en la figura de la derecha.
Esta prueba utiliza una variación de la serie infinita 1⁄4 + 1⁄16 + 1⁄64 + 1⁄256 + ..., cuya suma se demuestra que equivale a 1⁄3.
Escribió: Para poder afrontar el problema, Arquímedes diseñó un sistema de cálculo basado en la miríada.
[54] Las obras de Arquímedes fueron originalmente escritas en griego dórico, el dialecto hablado en la antigua Siracusa.
El Lemmas puede estar basado en una obra más antigua, ahora perdida, escrita por Arquímedes.
En 1935 se decide en su honor llamar «Arquímedes» a un cráter lunar (29.7° N, 4.0° W) ubicado en la zona oriental del Mare Imbrium.