Fue también elegido pretor, cargo que ejerció en 169 a. C. y se le dio la ciudad de Roma como territorio jurisdiccional equivalente a una provincia.
En 168 a. C. sirvió como tribuno militar en el ejército de su amigo Lucio Emilio Paulo Macedónico.
[3] Cicerón lo elogia mucho en sus escritos; como estudioso, orador, como una persona elegante y de una mente refinada.
Cicerón en su obra "Sobre la República", le cita como hombre doctísimo (había escrito un libro sobre los eclipses solares), y que casualmente al visitar la casa de Marco Marcelo (nieto del general romano Marco Marcelo) pudo ver un planetario que su abuelo se había traído cuando estuvo sitiando la ciudad de Siracusa, realizado por Arquímedes, Cicerón sigue explicando "ese tipo de planetario, en el que se movían el Sol y la Luna, y también aquellas 5 estrellas que se llaman errantes y en cierto modo vagabundas, pues se las ingenió para reducir en una sola rotación varios cursos que eran desiguales por sus propias trayectorias, por eso es admirable el invento de Arquímedes".
Estas palabras hacen suponer que se trataba del mecanismo de Anticitera.