Si consideramos a los ligures como pueblo preindoeuropeo, en el IV milenio a. C. sus antepasados participaron del rico complejo cultural Chassey-Cortaillod-La Lagozza, que durante un tiempo unió culturalmente el sudeste francés, Suiza occidental y[cita requerida] el norte de Italia, para luego dividirse de nuevo en grupos menores.
La interpretación más frecuente de este texto es que los ligures controlaban en aquel entonces la extremidad occidental del mundo conocido por los griegos.
[6] Rufo Festo Avieno, en su traducción al latín de un antiguo relato de viajes, probablemente masaliota[cita requerida], datado a finales del siglo VI a. C., indica que los ligures antiguamente se habrían extendido hasta el mar del Norte, antes de ser rechazados (o asimilados) por los celtas[cita requerida] hasta los Alpes.
Afirman que incluso habrían ocupado un territorio mucho mayor: en Italia (Piamonte, Toscana, Umbría y el Lacio), hacia el oeste en el Languedoc[cita requerida], incluso en la península ibérica.
En el año 49 a. C. los Ligures, a través de la Lex Roscia,[11] y al igual que todos los demás pueblos del norte de Italia, obtuvieron la plena ciudadanía romana; mientras, en el año 42 a.
El arma principal era la lanza, con cúspides que podían superar un codo (aproximadamente 45 cm), seguida por la espada, de forma gala (a veces barata por estar hecha con metales blandos)[cita requerida], muy raramente los guerreros estuvieron equipados con lazos y flechas.
Incluso es posible que los guerreros más ricos poseyeran armadura de material orgánico como los Galos[cita requerida] o linothorax como los griegos.
La cosa no es sorprendente: incluso en la antigüedad la forma más rápida de obtener bienes es robándolos.
Según otro teoría, en cambio, los tracios al servicio de los macedonios atacaron a algunos buscadores romanos que se habían aproximado demasiado a las líneas del enemigo, y la respuesta desde allí fue la carga inmediata de 700 auxiliares ligures.
Se lo conoce por algunos nombres propios (etnónimos, topónimos, antropónimos) y algunos términos citados en las fuentes antiguas.
Heródoto señala que la palabra sigynna significaría «mercader»[25] Según Plinio el Viejo, los ligures llamaban Bodincus al río Po, cuyo significado sería «sin fondo»,[26] y el centeno era llamado asia en el idioma de los Taurini.
[28] Por eso algunos autores como el historiador y celtólogo Henri d'Arbois de Jubainville lo consideran como una lengua indoeuropea.
Algunos autores (Benvenuto Terracini, Paul Kretschmer, Hans Krahe), para explicar la presencia de etnónimos no-indoeuropeos, han conjeturado que un pueblo indoeuropeo habría impuesto su dominio a las poblaciones pre-indoeuropeas.
Entre los tipos -ascu, -oscu o -uscu se puede citar a Manosque, Tarascon, Venasque, Artignosc, Branoux, Flayosc, Gréasque, Vilhosc, Chambost, Albiosc, Névache, Grillasca, Palasca, Popolasca, Salasca, Asco en Francia y Benasque, Velasco o Huesca en España.
Arlanc, Nonenque y el antiguo nombre de Gap (Vappincum) son del tipo -incu.
[33] Sin embargo, Roger Dion ha lanzado la hipótesis en 1959, de que los autores griegos llamaron ligures al conjunto de tribus menos civilizadas del Mediterráneo occidental y que el término no designaría a un pueblo concreto en los escritos antiguos.
[7] Tradicionalmente han sido considerados como un pueblo indígena de la Galia meridional, con el que sucesivamente se mezclaron los iberos y los celtas.
Camille Jullian sostenía la tesis de una considerable expansión ligur (Italia, España, Galia, islas británicas) y, como Henri Hubert, la de una invasión ibera del oeste del territorio ligur.
En 1999, Danièle e Yves Roman defendieron el principio de las incursiones celtas en Galia meridional, al menos desde el siglo VI a. C., y consideraron a los ligures como un pueblo autóctono en su obra Histoire de la Gaule.