La mayoría de las excavaciones fueron realizadas en 1923 por Henri de Gérin-Ricard Oficialmente, los hallazgos han sido datados en el siglo III a. C. Esta edad ha sido establecida basándose en la expansión celta en el área, la cual tuvo lugar por esa época.
Tanto estas como el mismo santuario en piedra denotan la influencia del arte griego de la cercana Masalia (la actual Marsella), una colonia helena, pues tanto las casas como los templos celtas solían ser en madera y apenas han dejado rastro.
Estos pilares presentan cavidades con máscaras de piedra, así como cráneos humanos auténticos, encastrados.
El dintel tiene talladas cuatro cabezas de caballos, y decoración adicional pintada.
El sitio es importante porque proporciona evidencia del culto celta "a las cabezas" descrito en los relatos griegos y romanos.