La tercera guerra macedónica (171 a. C.-168 a. C.)[1] fue una contienda entre Roma y el rey Perseo de Macedonia.
[2] Tras la muerte del rey Filipo V de Macedonia en 179 a. C., su talentoso y ambicioso hijo, Perseo, tomó el trono.
Los romanos empezaron a preocuparse porque Perseo pudiese destruir su dominio político en Grecia y restaurar la antigua soberanía macedonia sobre los estados griegos.
[13] Macedonia fue dividida en cuatro repúblicas clientelistas de Roma; estas repúblicas debían pagar tributo a los romanos,[14] aunque una cantidad menor que el tributo anterior, gracias a Perseo.
Además, los romanos capturaron a cientos de prisioneros entre las principales familias macedonias.