Historiografía griega

En total, Jacoby, en Fragmente der griechischen Historiker, identificó a 856 historiadores griegos, incluidos los mitógrafos y cronistas locales.

Previamente, ya Hecateo de Mileto había atenuado lo sobrenatural, pero la separación total no se produce hasta Tucídides.

Asimismo desde Heródoto los historiadores realizan un examen crítico del pasado y de los hechos supuestamente acaecidos.

Las fuentes escritas quedaron relegadas a los arqueólogos o antiquaria, es decir, para el estudio de los tiempos remotos.

Por ejemplo para Heródoto un hecho histórico tenía tal valor si no debía dejarse que fuera olvidado.

Tucídides, en su afán por el rigor histórico, consideraba la experiencia personal como imprescindible al igual que Polibio.

[10]​ Existían breves y superficiales menciones a temas económicos, pero nunca se consideraron relevantes para el devenir histórico.

[14]​ Por otro lado, la poca profundidad del trabajo de Heródoto en Oriente espoleó a que ellos hicieran su propia historia, como hizo Manetón en Egipto.

Otros autores también se ocuparon de Oriente, pero siguiendo a Alejandro Magno, como Jenofonte o posteriormente Flavio Arriano.

[15]​ Tanto autores antiguos (Dionisio de Halicarnaso) como modernos (Wilamowitz) defendieron que los cronistas locales precedieron a los primeros historiadores, como sucedió en la historiografía romana.

En cualquier caso, a partir del siglo V a. C. se encuentran crónicas de ciudades y santuarios.

En segundo lugar, se establece la metodología histórica, cuando el autor explica sus fuentes y qué pasos seguirá para contar su historia.

El desconocimiento del idioma de algunas inscripciones y listas oficiales hacía que en ocasiones Heródoto cometiera errores en su interpretación por una mala traducción.

[47]​ Las únicas obras que pueden ser consideradas históricas en el principio y mediados del siglo V a. C. provienen de los logógrafos.

[52]​ Su trabajo ha llegado a la actualidad sin nombre definido y dividido en ocho libros, pero se suele conocer como la Historia de la guerra del Peloponeso.

[59]​ En este siglo tuvo mayor éxito la filosofía, que no prestó interés por los trabajos históricos ni metodologías rigurosas.

En este contexto quedan los trabajos históricos de Platón en los que desdibuja la separación entre realidad y mito, inventando incluso toda una región como la Atlántida.

La Anábasis contrasta con las obras anteriores sobre la historia griega al centrarse en un periodo corto y en un solo personaje, el propio Jenofonte.

Sobre el mundo poscataclismo también hace una historia Platón, aprovechándola para sus motivaciones filosóficas, presentando un cuadro pesimista y decadente.

[77]​ Desde el comienzo de este periodo, la historiografía perdió su carácter político, orientándose hacia la superficialidad y la ficción novelesca.

[78]​ Estos historiadores fueron duramente criticados por Polibio, pues pensaba que los recursos trágicos obstruían la búsqueda de precisión y veracidad.

Al ser un resumen, su obra es, según Grant, superficial y poco original, aunque destaca por su rechazo a la introducción de discursos en la trama.

El resto del libro trataba de la historia siciliana propiamente dicha, con alusiones a la Magna Grecia.

En cuanto a su labor historiográfica, escribió unas Historias en cuarenta libros de las que solo se conservan casi completos los cinco primeros, quedando del resto únicamente fragmentos.

Polibio tenía en cuenta tres conceptos:[88]​ Con este esquema teórico ganan importancia los individuos y las decisiones que toman.

De su labor histórica no se conserva nada, pero fue utilizado por muchos autores posteriores como Estrabón, Tito Livio, Diodoro o Apiano.

Además, en una clara diferenciación con los autores helenísticos, los historiadores de este periodo se introducen más en el modo de vida romano, conociendo el latín por ejemplo, aunque en un principio todavía no se considera una realidad ajena al mundo griego.

Por su parte, Dion Casio, ya en el siglo III, volvió a escribir otra Historia romana, demostrando la falta de temas y la repetición en la que caía la historiografía griega.

En este caso, contaba con ochenta libros, desde la época mítica de Eneas hasta el segundo consulado.

[101]​ El francés atribuye asimismo las diferencias científicas entre la historiografía actual y la griega a la diferente concepción del pasado y la temporalidad, pues los griegos no consideraban al hombre como sujeto de la historia, sino que tenían la idea de un «devenir cósmico» prefijado.

Heródoto, «padre de la historiografía», y Tucídides, «padre del rigor histórico».
Busto de Heródoto en Atenas
Posible visión del mundo según la Historia de Heródoto
Tucídides de Atenas
Jenofonte, busto en Berlín
Gracias a Estrabón , aquí según un grabado del siglo XVI , se conoce a varios autores como Éforo o Posidonio .