Su obra más conocida, Anábasis de Alejandro Magno, no debe confundirse con la narración homónima de Jenofonte, general y pensador ateniense del siglo IV a. C. Escribió unas obras en griego y otras en latín.
[1][2] Estudió filosofía en Epiro con el filósofo estoico Epicteto, y escribió para él las obras Manual de Epicteto y Discursos, dos de los más importantes escritos estoicos, y obras capitales para conocer las teorías de su maestro, ya que, al igual que Sócrates, Epicteto fue un conferenciante que no dejó escritos.
Al acabar sus estudios, entró en el ejército como caballero al servicio del emperador Trajano, ya que era ciudadano romano, y sirvió en la provincia de Nórico y en la frontera del Danubio.
Ameno e instructivo, reconstruyó la epopeya del genio bélico macedonio con pasión y la narró con encanto, escribiendo de una forma realista.
Arriano en su vida cotidiana hablaría la koiné, o 'griego común' de los períodos helenista y romano, pero como escritor, se sentía obligado a seguir la opinión predominante de que los trabajos graves deben ser compuestos en «buen griego», es decir, imitando tanto como fuera posible la gramática y el estilo literario de los escritores atenienses del siglo V a. C. En su caso, esto significó seguir el estilo ático de Jenofonte y Tucídides.