Riccardo Muti

[2]​[3]​ Es uno de los grandes maestros del repertorio lírico italiano, con incursiones exitosas en Mozart, Brahms y Schumann.

Toma parte en los cursos de dirección orquestal impartidos por Franco Ferrara en 1965 en Venecia, dos años más tarde, en 1967, Muti fue el primer italiano en conquistar la Competición de Dirección Orquestal Guido Cantelli celebrada en Milán.

[9]​ Muti se ha destacado por su fanática adherencia a versiones que respetan las intenciones del compositor tal como están escritas en la partitura, destacándose sus versiones de óperas de Giuseppe Verdi como La Traviata (con Renata Scotto y Alfredo Kraus), Nabucco, Macbeth, Otello, Rigoletto, I vespri siciliani, Falstaff, Un ballo in maschera y otras sin olvidar sus versiones del Requiem con Luciano Pavarotti y la grabación de Aída con Montserrat Caballé y Plácido Domingo.

En 2005, renunció al cargo en La Scala por sus diferencias con el director general Carlo Fontana.

En sus grabaciones y conciertos, Muti vuelve a la partitura original para eliminar toda práctica interpretativa errónea que no aparezca en el texto inicial.

[10]​ Su estilo interpretativo sigue una línea cercana a Franco Ferrara, buscando crear un clima que integre al oyente en la partitura y reflejando una gran maestría en el ajuste de los tempos.

En su primera temporada en Chicago tuvo que retirarse temporalmente por enfermedad después del concierto inaugural.

Ha sido considerado por sus características interpretativas como el heredero más dotado de Toscanini.

Su facilidad para transmitir música es tan natural como quien habla o realiza otra función humana habitual.

Su estilo de batuta, claro, vigoroso y potente, se asienta en una fidelidad absoluta a la partitura aunque siempre tratando de encontrar una belleza sonora que va mucho más allá del plano meramente objetivo.

El viejo maestro salzburgués, con un agudo sentido del humor, le dijo a Muti: –“¿Cómo van esos ensayos?

Luego Muti invitó al público a participar en un encore de "Va pensiero".

La audiencia se levantó en masa para cantar junto al coro, muchos de los cuales terminaron en lágrimas.