Sin embargo, Verdi, aún manteniendo que su carrera había terminado con la composición de Aida, hizo muy poco progreso en la obra.
Junto a Aida, estrenada en 1871, y Falstaff, 1893, los críticos consideran que es una de las obras maestras del compositor.
Representa un reto para el rol principal, que ha de ser interpretado por un tenor dramático.
Famosos Otelos del pasado han incluido a Tamagno, el creador con trompeta de voz del papel, así como Giovanni De Negri, Albert Álvarez, Francisco Viñas, Giuseppe Borgatti, Antonio Paoli, Giovanni Zenatello, Renato Zanelli, Giovanni Martinelli, Aureliano Pertile, Francesco Merli, Giacomo Lauri-Volpi, Frank Mullings, Jose Luccioni, Mario del Monaco o y Carlo Cossutta.
La vocalidad del personaje, cercana al estilo wagneriano, ha hecho que varios tenores wagnerianos hayan destacado en este papel: Leo Slezak, Ramón Vinay (quien lo grabó primero con Toscanini y luego con Furtwängler), Wolfgang Windgassen, Jon Vickers (quien lo grabó con Herbert von Karajan) o James McCracken.
Tenores wagnerianos anteriores a la Segunda Guerra Mundial como Jacques Urlus, Heinrich Knote, Alexander Kirchner, Lauritz Melchior y Franz Völker también asumieron el papel (cantando normalmente en alemán).
El tenor heroico ruso Iván Yershov fue un conocido Otelo anterior a la Primera Guerra Mundial en su país natal.
También, ha grabado el papel completo dos veces en CD y ha aparecido en numerosas producciones escénicas de la obra en ambos lados del Atlántico.
Veinte años antes, habían advertido a Del Monaco de que no cantara Otelo porque su voz no se parecía en nada a la de Ramón Vinay, quien entonces estaba interpretando la ópera por todo el mundo.
Entre ellos: Victor Maurel (el primer exponente del papel), Mattia Battistini, Mario Ancona, Antonio Scotti, Titta Ruffo, Pasquale Amato, Carlo Galeffi y Lawrence Tibbett.
Destacados exponentes posteriores a la guerra del papel han incluido Giuseppe Valdengo, Leonard Warren, Robert Merrill, Tito Gobbi, Sherrill Milnes y James Morris.
En lo que se refiere a Desdémona, muchísimas sopranos líricas de primera fila han asumido este papel desde 1887.
Otelo ha nombrado a Casio capitán de la armada, un cargo que Yago confiaba en obtener.
Entra Desdémona y, al ver que ha sido perturbado el descanso de su mujer, Otelo degrada a Cassio que ya no es capitán (Otelo, Yago, Casio, Montano: Abbasso le spade / "Abajo las espadas").
(Dúo de Otelo y Desdémona: Già nella notte densa s'estingue ogni clamor /"Hoy en la noche oscura todo sonido se acalla".)
Mirando desde su habitación, Yago lanza sus creencias nihilistas en un bien conocido Credo in un Dio crudel / "Creo en un Dios cruel".
Desdémona envuelve su cabeza con un pañuelo que Otelo le dio en el pasado, lino bordado con fresas.
Otelo lo arroja al suelo y dice que no lo necesita (Desdémona, Otelo: D'un uom che geme sotto il tuo disdegno la preghiera ti porto / "Traigo una petición de uno que sufre por tu enojo").
Otelo despacha a los otros, y canta que él ahora cree que Desdémona puede estar engañándolo (Otelo: Ora e per sempre addio sante memorie / "Ahora y para siempre, adiós, felices recuerdos").
En el sueño, dice Yago, Cassio le dijo a Desdémona que ellos debían ser cuidadosos y esconder su amor.
(Desdémona, Otelo: Dio ti giocondi, o sposo / "Dios te mantenga feliz, esposo".)
Cassio dice que había esperado encontrar a Desdémona aquí, pues él quería saber si ella había tenido éxito con Otelo (Yago, Cassio, Otello: Vieni; l’aula è deserta / "Ven, el salón está desierto").
En una conversación solo oída en parte, Cassio parece estar hablando a Yago sobre otra mujer, una admiradora secreta, que le dejó un pañuelo como recuerdo.
Se vuelve hacia Cassio y bromea con él, mientras en su escondite Otelo estaba que echaba humo (Yago, Cassio, Otelo:Questa è una ragna dove il tuo cuor casca / "Esta es la tela de araña en la que tu corazón está atrapado").
Cassio entra y Otelo lee (mezclando mientras insultos a Desdémona) una carta del Dogo, anunciándole que él (Otelo) ha sido llamado de vuelta a Venecia y Cassio lo sucederá como gobernador de Chipre.
En un conjunto, los diversos personajes expresan sus distintos sentimientos: Emilia y Lodovico consuelan a Desdémona, Cassio se maravilla ante su repentino cambio de fortuna y Roderigo se lamenta de que Desdémona vaya a irse pronto.
En apartes separados, Yago primero le dice a Otelo que esa noche es la noche de vengarse y luego aconseja a Roderigo de que la única forma de impedir que Desdémona se vaya es que muera el nuevo duque, animándolo a asesinar a Cassio esa noche (Emilia, Cassio, Desdémona, Roderigo, Lodovico, Yago, Otelo, coro: Quell’innocente un fremito d'odio non ha nè un gesto / "Esa inocente es sin sentimiento o gesto de odio").
Desdémona recuerda cómo su madre tuvo una criada llamada Bárbara, quien se enamoró de un hombre pero enloqueció cuando él la abandonó (Desdémona: Piangea cantando nell’erma landa / "Cantando, ella lloraba sobre la tierra yerma", también conocida como la "Canción del sauce").
Emilia, horrorizada, explica que Yago había robado el pañuelo; Cassio corrobora su historia.
Montano entra y dice que Roderigo, al morir, reveló el plan de Yago.