En 1947 dirigió una representación de La Bohème en La Habana, con Hjordis Schymberg como Mimi.
Tras su regreso a la Metropolitan Opera en 1950, dirigió más de 700 representaciones de treinta óperas, principalmente del repertorio italiano y francés.
Su obra fue marcada por gran atención a sus cantantes.
Dirigió Rigoletto con la Real Ópera Sueca en el Festival de Edimburgo en 1959.
Grabó para diversas discográficas, principalmente como acompañante de cantantes.