Maria Callas

Capaz de revivir el bel canto en su importante carrera, fue llamada «La Divina» (como antes la célebre Claudia Muzio) por su extraordinario talento vocal y actoral.

Su nombre está asociado en la memoria colectiva a Aristóteles Onassis, el gran amor de su vida.

La mañana siguiente Maria cantó para el director musical del teatro, quien decidió que ella sería la mejor elección como Elvira.

Finalmente, se le ofreció un papel en la Aida, de Giuseppe Verdi, que Renata Tebaldi no podía realizar.

Juntos grabaron nueve óperas completas: Rigoletto, El trovador, Manon Lescaut, Baile de máscaras, La bohemia, Los puritanos, Cavalleria, Payasos y La traviata.

Pocos días después, Legge y su mujer, la famosa soprano alemana Elisabeth Schwarzkopf, fueron a verla en La traviata en la Arena de Verona.

En 1955, probablemente su mejor año escalígero, canta una Norma que adquirirá estatus de legendaria, junto a Giulietta Simionato y Mario del Mónaco, dirigida por Antonino Votto, y en Berlín junto a Herbert von Karajan canta una Lucia di Lammermoor histórica para la reapertura de la Deutsche Oper Berlin.

La audiencia continuaba aplaudiendo cuando se acercó el oficial de justicia Stanley Pringle, que le presentó un requerimiento judicial por haber sido demandada por su anterior representante, Eddie Bagarozy, quien esgrimía un contrato de 1947 que le designaba como único representante.

[8]​ Maria aduce no estar contratada y deja Edimburgo por Venecia, donde la espera una fiesta de su amiga Elsa Maxwell en la que —según Maxwell— la columnista le presentó al magnate Aristóteles Onassis.

[9]​ Se sucede otro escándalo y la entonces desconocida Renata Scotto, de 23 años, en dos días aprende la parte para consagrarse internacionalmente.

Maria, contra las órdenes de los médicos, salió a escena, pero tuvo claro desde la primera nota que su voz estaba en malas condiciones.

Maria huyó rápidamente por una puerta trasera y anunció que lo había hecho porque no estaba a la altura del público milanés.

[12]​ Ese mismo año su arte llegó a distintos lugares del mundo: Chicago, Berlín, Viena, Filadelfia, Washington, Dallas, Colonia, Edimburgo.

[13]​[14]​ La noche del debut de Callas en Medea, en Dallas, Bing le envió un telegrama rescindiendo el contrato.

[16]​[17]​ La cancelación de Macbeth catapultó al estrellato a quien la reemplazó en el papel principal, la austríaca Leonie Rysanek.

Maria ignoró el alboroto hasta que llegó la escena donde ella denuncia a Jasón con la palabra «Crudel!» («¡Cruel!»).

Después del primer «Crudel!» paró de cantar; miró al público y le dirigió su segundo «Crudel!»; hizo una pausa y comenzó otra vez con las palabras: «Ho dato tutto a te» («Te lo he dado todo») haciendo un gesto como si amenazara con el puño a la galería; la audiencia paró de silbar, y Maria recibió una ovación clamorosa al final.

Al final, cuando el telón cayó, Maria se desplomó y fue llevada inconsciente a su camerino.

Filmada en Turquía y en Pisa, trabajaba duramente, tanto que un día se desmayó después de correr en una escena bajo el intenso sol.

En 1971 y 1972 intenta dedicarse a la dirección escénica con una puesta de Las vísperas sicilianas que no alcanzó éxito.

Se había instalado definitivamente en París en la más completa soledad hasta su muerte a los 53 años en su apartamento de la Avenue Georges Mandel 36 (y Rue des Sablons) cerca de Trocadero (hoy esa sección lleva el nombre Allée Maria Callas).

Él intentó reconquistar a Callas a pesar de estar todavía casado con Jackie, pero ella no quiso (o al menos no intentó) volver con él y lo rechazó cuando se encontraron en octubre de 1973, en París, donde ella residía.

Una vez dijo a Robert Sutherland, quien pasaba las páginas de sus partituras: «Si tengo un ataque de corazón mientras Maria está cantando una nota alta, tienes que dar un empujón fuerte a mi banqueta y continuar tú como si nada hubiera pasado».

Su vida privada y su relación con Aristóteles Onassis hicieron que ocupara portadas de la prensa rosa cuando su carrera estaba prácticamente terminada.

La generación que le siguió cimentó estos valores en los nombres de sopranos como Joan Sutherland, Montserrat Caballé, Leyla Gencer, Renata Scotto, Beverly Sills, Mirella Freni y las mezzosopranos Marilyn Horne y Teresa Berganza motivando un florecimiento del género lírico desde un enfoque históricamente veraz.

La trama de la obra gira en torno a cuatro hombres homosexuales que lidian con la frustración en el amor y las relaciones.

[35]​ La inclusión de su aria La mamma morta en la película Philadelphia la consolidó como un ícono gay debido a su glamur y fortaleza, cualidades admiradas en la comunidad.

[32]​ La crítica feminista Catherine Clément cuestiona la obsesión gay con Callas, alegando que algunos hombres se aprovechan de su trabajo para alimentar fantasías homosexuales reprimidas.

[32]​ Sus máximas creaciones fueron Norma, Medea, Violetta en La traviata, Lucía y Tosca, seguidas por Elvira en Los puritanos, Lady Macbeth en Macbeth, La Gioconda, Il trovatore, La sonnambula, Anna Bolena, Ifigenia, Madame Butterfly, Turandot, Rosina en El barbero de Sevilla y Armida.

En total cantó 47 personajes (incluyendo Smaragda en O protomastoras de Kalomiris en 1943, su único papel en una ópera contemporánea).

Maria Callas y el tenor Valiano Natali en el Teatro del Maggio Musicale Fiorentino , durante un ensayo de Lucía de Lammermoor de Donizetti en 1953
La villa en Sirmione en la que vivió con su marido, Meneghini.
Maria Callas tras vestidores junto al director Luchino Visconti en el Teatro de La Scala , en la obra de Anna Bolena de 1957
Concierto de Maria Callas en el Concertgebouw de Ámsterdam en 1959
Maria Callas en 1963.
Últimas actuaciones de Callas, en 1973 en Ámsterdam .
Tumba de Maria Callas en el Cementerio del Père-Lachaise de París .
Retrato de Maria Callas pintado por el artista Oleg Karuvits en 2004.
Rango vocal de Callas.