Sinfonía n.º 1 (Mahler)

A partir de este momento, la obra adopta la forma definitiva en cuatro movimientos.

Allí, se convirtió en un personaje célebre gracias a Die drei Pintos, una ópera cómica de Carl Maria Von Weber inacabada que Mahler logró terminar.

Creo que nunca he vivido una hora más bella con esta Primera sinfonía” (Citado por De la Grange, 2014, p.58).

[4]​La sinfonía, que según Mahler debería provocar en otros "muchos motivos de asombro", no llegó a tocarse en ninguna parte.

Allí Mahler logró un éxito considerable con El oro del Rhin y La valquiria.

Al final, la sinfonía recibió el nombre de Titán en alusión a la novela del escritor romántico Jean Paul Richter, escrita entre 1800 y 1803.

Pero existe una gran diferencia entre las explicaciones que Mahler da por influencia de sus amigos y para una mejor comprensión del estilo musical, y las interpretaciones que subyacen de la música.

Como se puede observar existe un dilema entre sí la sinfonía trata sobre la vida y la naturaleza o sobre su situación en ese momento.

Mahler interpretó esta sinfonía a intervalos irregulares hasta su muerte.

El director Bruno Walter, amigo y gran intérprete de Mahler, transcribió la sinfonía para piano a 4 manos.

La partitura está escrita para una gran orquesta sinfónica compuesta por, aproximadamente, 100 músicos.

A pesar de su apariencia alegre y rústica, el movimiento se vuelve algo agitado en ocasiones.

El tercer movimiento, Trauermarsch: Feierlich und gemessen, ohne zu schleppen (Marcha fúnebre: solemne y medida, pero sin pesantez), está en re menor y en compás de 4/4.

El segundo tema es una melodía lírica en las cuerdas, que comienza de forma tranquila y se va elevando hasta un clímax apasionado.

Después de un último pasaje reflexivo, se encuentra el triunfo definitivo del optimismo, en un final lleno de espectacularidad en el que la orquesta finaliza en un arrollador frenesí sonoro.

Mahler en 1892.
Ópera Real de Hungría en Budapest, lugar del estreno.