[1] Fumador compulsivo, sufrió un infarto durante un concierto en 1984 y al año siguiente le fue diagnosticado un cáncer en las cuerdas vocales.
Tennstedt se centró en Mahler con una intensidad única, sin cautelas ni atención a la moda, encarnó la preferencia expresa del compositor por la exageración.
[1] Sufría frecuentes depresiones que lo obligaban a cancelar sus conciertos con frecuencia.
No obstante sus temores, el primer movimiento dela Sinfonía de Brahms fue soberbio.
Transcurrido un cuarto de hora, se negó a salir.
“Estoy muy mal, no puedo seguir”, dijo al mánager John Willam.
“Basta con que se presente, nosotros haremos el resto”, le dijo un músico.
Willan y su presidente, David Marcou, le advirtieron de las consecuencias inevitables.
Ninguna orquesta podía seguir viviendo bajo la presión de aquella incertidumbre.
Los médicos le habían dado vía libre, aparecía en buenas condiciones y había interrumpido una quimioterapia de precaución contra el cáncer porque le causaba náuseas.
"Su enfoque fue romántico, con mucha calidez, tensión y una explotación del completo registro dinámico de la orquesta sinfónica", escribió Schonberg. ''
En otras palabras, Boulez nos muestra a Mahler, Tennstedt, nos lo entrega.