Lucia Popp debutó en 1963 en Bratislava, y luego apareció en la Ópera Estatal de Viena, Austria, donde permaneció hasta su muerte.
Se destacó por su timbre clarísimo, pleno y cálido, así como su técnica impecable.
Comenzó su carrera como soprano soubrette,[1] y conforme pasaron los años, se orientó más hacia papeles líricos para finalizar cercana al repertorio de coloratura en papeles de Wagner y Strauss.
Fue cantante favorita de grandes directores como Leonard Bernstein, Carlos Kleiber, Wolfgang Sawallisch y Klaus Tennstedt.
En La Scala de Milán cantó Musetta de La bohème dirigida por Carlos Kleiber y en otras importantísimas casas líricas como Salzburgo, Hamburgo, Berlín, Londres y Múnich donde fue muy querida.