Hansel y Gretel

La bruja, que tiene intenciones canibalistas, pretende engordar a Hansel para luego comérselo.

Entonces, Hansel juntó un puñado de piedras blancas y las guardó en el bolsillo.

A la mañana siguiente se levantaron temprano para cumplir el plan tramado, Hansel, disimuladamente, iba arrojando piedrecitas para no perderse y poder regresar al hogar junto con su hermana.

Ya en el bosque los niños cansados se durmieron; al despertar en la noche, se dieron cuenta de su soledad pero gracias a las piedrecitas arrojadas por Hansel les fue fácil retornar a su casa.

Esto mismo se repitió en varias ocasiones, porque cuando la familia no tenía qué comer, llevaban a los niños al bosque y los desorientaban.

No pudieron regresar ni salir del bosque y así anduvieron tres días perdidos.

Aquella mujer era una bruja muy mala; con su casa hecha de golosinas atraía a los niños; luego los encerraba, los mataba y los asaba para comérselos.

Cuando la malvada mujer metió la cabeza en la boca del horno para ver si estaba caliente, Gretel le dio un empujón, la hizo caer dentro y cerró la puerta.

Se habían vuelto ricos, desde ese día vivieron felices los tres juntos.

En algunas versiones posteriores, la madre murió por causas desconocidas, abandonó a la familia o se quedó con el marido al final de la historia.

[23]​ Según Bruno Bettelheim, la situación inicial encaja con el miedo infantil generalizado a ser expulsado por los padres y tener que pasar hambre.

La señalización del camino de Hansel con guijarros sigue siendo apropiada, pero la segunda vez que sucumbe a la regresión oral, el pan como imagen de la comida pasa a primer plano.

Ahora son un "apoyo" para el hogar paterno e incluso contribuyen a acabar con la pobreza gracias a los tesoros que traen consigo (en la vida real, al alcanzar la edad adulta, ya que en la actualidad, se ha enfatizado en la Planificación Familiar y que los menores deben estar bajo la tutela legal de un tutor mayor de edad).

[25]​ Ortrud Stumpfe afirma que en Hansel y Gretel falta un desarrollo efectivo: Los niños burlan a la aburrida fuerza de la naturaleza, pero luego simplemente regresan al entorno infantil.

Hoy en día, debido a los alarmantes niveles de obesidad, sobrepeso y diabetes infantil, se los cataloga como productos a ser consumidos con moderación por su alto contenido en azúcar procesada y grasa saturada.

Otto Kubel (1868-1951)
ilustración de Mildred Lyon, 1922.