Edita Gruberová

Gruberová nació en Bratislava, hija única de Gustav Gruber y Etela.

Durante este período formó parte del famoso grupo de música folclórica Lúčnica, presentándose en el Teatro Nacional Eslovaco.

En ese momento Edita Gruberová decidió emigrar al oeste, convirtiéndose en años posteriores en solista en Viena y estrella en los teatros de ópera más importantes del mundo, especialmente en los papeles de coloratura.

[4]​ En su repertorio también encontramos a Zerbinetta,[5]​ Gilda, Violetta, Lucia, Konstanze, Manon y Oscar.

Aunque no posee todas las cualidades vocales necesarias para interpretar este papel cómodamente, su gran expresividad e impacto dramático, le han servido para atraer muchos admiradores.

Fue particularmente conocida por su dominio técnico que le permitió hacer los papeles más difíciles en el campo del bel canto romántico.