Roberto Devereux

Ganaron cierta fama en los años setenta, cuando la soprano estadounidense Beverly Sills las promocionó como una serie en la New York City Opera.

Se ha señalado que, «aunque la trama juega con la historia, la ópera lleva su propia marca de convicción dramática».

Roberto entra y, en una conversación que oye Sara, Isabel le declara su amor.

Los dos hombres se ven interrumpidos por Cecil exigiendo que Nottingham acuda a un encuentro de los Pares del Reino.

Esta le declara que se vio obligada a casarse con Nottingham mientras él estaba en Irlanda, por indicación de la Reina.

El gran salón en Westminster La reina pregunta a Cecil qué se ha decidido.

Nottingham entra y ruega por la vida de Roberto, insistiendo en que es inocente, pero la reina está convencida de que Roberto ha sido desleal y, cuando lo llevan, se enfrenta a él, mostrándole el pañuelo.

Antes de que ella se pueda ir, Nottingham llega y lee la carta.

Aunque ella declara su inocencia, él le impide que se marche.

Escena 2: la Torre de Londres En su celda, Roberto se pregunta por qué su anillo no lo ha recibido la reina.

Cecil anuncia que Roberto va de camino al patíbulo, y Sara llega despeinada.

Esta intenta en vano detener la ejecución, ya que en ese momento suena el cañón anunciando la muerte de Roberto.

Hay una grabación histórica según La discoteca ideal de la ópera, de Roger Alier y otros,[8]​ la dirigida por Mario Rossi (1964), con Leyla Gencer (Elisabetta), Piero Cappuccilli (Duca di Nottingham), Anna Maria Rota (Sara), Ruggero Bondino (Roberto Devereux), Gabriele De Julis (Lord Cecil) y Silvano Pagliuca (Sir Gualtiero Raleigh).