Capuletos y Montescos

Aunque estos cambios posiblemente se hicieron para Senigallia (verano de 1830), Cavalieri, el cantante del estreno, parece haber sido un tenor.

Las partituras publicadas y la mayor parte de las representaciones asignan hoy el papel a un bajo.

Bellini consiguió escribir la ópera en tan poco tiempo apropiándose en gran medida de música previamente escrita para su fracasada ópera Zaira: él explicó que "Zaira, silbada en Parma, fue vengada por I Capuleti".

La interpretación de Wilhelmine Schröder-Devrient como Romeo en Leipzig (1834) y Magdeburgo (1835) creó una profunda impresión en el joven Wagner.

En 1966 Claudio Abbado preparó una versión para La Scala en la que un tenor cantó Romeo, Jaime Aragall; el reparto incluyó a Renata Scotto y Margherita Rinaldi alternando en el papel de Julieta y Luciano Pavarotti como Tebaldo.

La ópera es principalmente una obra de reciclaje, en la que material previamente escrito es hábilmente adaptado a su nuevo contexto.

Aquí, como en Zaira, infunde la escritura vocal simple y silábica de La straniera con la bravura melismática, preparando el camino para aquella perfecta síntesis de expresión y virtuosismo que logró en La sonámbula.

Tebaldo vengará la muerte del hijo de Capellio para celebrar su matrimonio con Giulietta ('È serbata a questo acciaro').

Escena 2: Habitación de Giulietta Lorenzo ha arreglado que Romeo vaya a verla por una puerta secreta.

Escena 3: Otra parte del palacio Los Capuleto están celebrando el próximo matrimonio.

Reconocido por Lorenzo, Romeo está disfrazado esperando el apoyo de sus soldados para impedir la boda.

Capellio y Tebaldo los descubren, creyendo que Romeo es el enviado de los Montesco.

Luchan pero se ven interrumpidos por un funeral ('Pace alla tua bell'anima'), es el de Giulietta.

Giulietta se despierta y encuentra a Romeo sorprendido por su muerte simulada e ignorante del plan de Lorenzo.