Wilhelmine Schröder-Devrient

Tras estudiar en Viena con J. Mazatti, hizo su presentación operística como Pamina en La flauta mágica de Mozart, siendo acogida por el público con tal entusiasmo que su futura carrera en la ópera quedó asegurada.

[2]​ En 1823 Wilhelmine se casó con el actor teatral Karl August Devrient, cuyo apellido añadió al suyo, conservándolo aun después de que el matrimonio se divorciara en 1828 y ella perdiera la custodia de sus cuatro hijos.

Richard Wagner afirmó haber quedado impresionado al oír a la Schröder cantando Fidelio en Leipzig en abril de 1829 (cuando él tenía solo 16 años), pero este recuerdo parece ser enteramente una fantasía, aunque la oiría efectivamente años después cantando el papel de Romeo en I Capuleti e i Montecchi, de Bellini.

[2]​ En su autobiografía Mi vida, Wagner escribe estas encendidas palabras sobre la cantante: Cierta o no la anécdota biográfica, en cualquier caso, el compositor alemán admiraba a Schröder-Devrient, a quien confió en sus estrenos los papeles protagónicos de Adriano en Rienzi (1842), Senta en El holandés errante (1843) y Venus en Tannhäuser (1845).

En la represión que siguió al movimiento revolucionario, la cantante fue detenida temporalmente y luego expulsada del Reino de Sajonia, aunque pudo retornar en 1852.

Schröder-Devrient en el papel de Venus, junto a Joseph Tichatschek, en el estreno de Tannhäuser