Sus obras para teclado, cámara y orquesta apenas eran conocidas a pesar de su excelencia.
Musik-Vereins, jedes Streben nach Kunst auf die möglichste Weise zu unterstützen, überzeugt, wage ich es, als ein vaterländischer Künstler, diese meine Sinfonie demselben zu widmen und sie seinem Schutz höflichst anzuempfeh-len.
En respuesta, la sociedad le hizo un pequeño pago y encargó una copia de las partes orquestales.
[9] Tras este intento fallido con la Gesellschaft der Musikfreunde, el compositor se quedó sin conseguir estrenarla de manera oficial en vida.
Los músicos londinenses se rieron burlonamente durante los ensayos de 1844, cuando Mendelssohn intentó sin éxito interpretarla allí como lo había hecho en Leipzig ("con cortes", importantes).
Para lograrlo utiliza una orquestación con maderas a dos, dos trompas, dos trompetas, tres trombones, timbales y cuerda.
El primer movimiento, Andante – Allegro ma non troppo, está escrito en la tonalidad de do mayor, en compás alla breve.
Se inicia con una extensa introducción, marcada Andante, que cuenta con su propia exposición, desarrollo y recapitulación en miniatura.
La posterior transición al modo mayor es impresionante y su calmada escritura para las trompas resulta mágica.
La tónica cede el paso a la mayor en el trío, con una melodía más amplia para los vientos, antes de que se repita la canción-sonata.
Conforme a Roger Dettmer, es la trampa compositiva más grandiosa y famosa de toda la música.
El desarrollo y la recapitulación se suceden a una escala titánica, coronada por una coda del mismo tipo.
[12] Tras el estreno oficial en Leipzig, Robert Schumann escribió un artículo para la revista Neue Zeitschrift für Musik sobre el acontecimiento.
Dicho artículo contenía una frase destinada a hacerse famosa que elogiaba la sinfonía por su "celestial longitud":[13]