Por eso, en septiembre de 1892, el compositor se trasladó a Estados Unidos, donde residiría hasta 1895.
La pieza fue escrita durante el primer año de estancia del compositor en Estados Unidos.
Quizás también porque Dvořák había sido tergiversado ya que su intención no era tomar melodías existentes y forjarlas en nuevas obras, como a veces se sugería.
Según recuerda Josef Kovařík, estas reacciones no sorprendieron al músico checo en lo más mínimo: «Ante todos estos artículos, el maestro permaneció impasible y sereno, y no hizo ningún intento de modificar su declaración sobre la música americana.
También escribió que el scherzo del tercer movimiento "le sugería la escena de la fiesta en Hiawatha, donde bailan los indios".
Al parecer, le dio su propio boleto a alguien que deseaba mucho escuchar su nueva obra.
El compositor las escuchó en sus primeros meses en Nueva York, por un lado gracias al cantante afroamericano Harry Burleigh, con quien se había reunido muchas veces antes de embarcarse en la sinfonía, y probablemente también a través de otras fuentes.
Según las instrucciones del compositor, toda la introducción debería “alargarse, en la medida de lo posible”, lo cual no siempre se observa en la práctica.
En el Allegro molto la exposición se estructura alrededor de tres ideas temáticas principales.
En un desarrollo posterior del tema su carácter cambia por completo, pasa a otra tonalidad, con ámbito melódico más amplio y terceras paralelas, que hacen que de repente suene casi como una polca checa.
Se suele destacar su similitud con la melodía del espiritual "Swing Low, Sweet Chariot".
El segundo movimiento, Largo, está en re bemol mayor – do sostenido menor y en compás de 4/4.
La sección central presenta un pasaje en do sostenido menor cuyo tono melancólico podría sugerir una imagen de las vastas y desoladas praderas americanas, la estilización de un lamento indio y una reflexión sobre la nostalgia.
Concluye con el suave regreso del tema principal y los acordes introductorios al final.
Molto vivace – Poco sostenuto, está en mi menor, en compás es 3/4 y sigue una forma ternaria A-B-A.
Su impacto llamativo se refuerza aún más con una variante de tríos que sigue, con un acompañamiento rítmico marcadamente acentuado.
El segundo tema contrastante gradualmente encuentra su voz en una amplia y lírica cantilena.
El tema final y enérgico refuerza nuevamente la impresión inicial del tono de toda la pieza.
El desarrollo es prueba de la inagotable imaginación del compositor para crear material temático y su habilidad para seguir introduciendo nuevos enfoques compositivos.
Por ejemplo, en un pasaje entrelaza los temas principales de los movimientos segundo, tercero y cuarto.
[6] El propio compositor lo describe en una carta enviada a su editor Simrock:[1] Hay varios relatos detallados del estreno en extensos artículos de periódicos publicados al día siguiente en los principales diarios de Nueva York.
Según Clapham, la sinfonía pronto se convirtió en una de las más populares de todos los tiempos y, en aquel momento, cuando las obras más importantes del compositor estaban siendo muy bien recibidos por muchos países, la sinfonía alcanzó el resto del mundo musical convirtiéndose en un favorito universal.
El tema principal del Largo se hizo tan popular que dio lugar a toda una serie de arreglos instrumentales y vocales.