Sinfonía n.º 7 (Dvořák)

Aceptó encantado la oportunidad, tras el considerable éxito obtenido con su cantata Stabat Mater en Londres, ahora podría presentar al público inglés una prueba de sus capacidades también como autor sinfónico.

Terminó un borrador del primer movimiento en cinco días, y escribió a uno de sus amigos:

Durante el siguiente mes terminó los bocetos del tercer y cuarto movimientos.

Dvořák decía que el cuarto movimiento sugería la capacidad del pueblo checo de exhibir una obstinada resistencia a los opresores políticos.

Los sentimientos inusualmente fervientes que refleja esta composición en ocasioines se han atribuido a la muerte de su madre.

Pero Anna Dvořáková había muerto dos años antes de que él comenzara a escribir la obra.

[2]​ El éxito obtenido le animó a presentarla en enero de 1886 en Nueva York y al año siguiente en Berlín.

En cualquier caso Simrock cedió solo después de que Dvořák prometiera más Danzas eslavas.

Por otra parte, el maestro checo le insistió a su editor alemán en que la partitura impresa para piano de su sinfonía llevara un título checo y que su nombre no se tradujera como "Anton" sino como la abreviatura neutra "Ant.".

[2]​ La partitura está escrita para una orquesta formada por:[5]​ El rigor intelectual de la obra se refleja también en su sobria instrumentación.

Es una obra emocionalmente turbulenta, como lo expresa la inscripción “del tiempo tormentoso” que llevaba en su primera publicación.

Es una pieza profundamente íntima en la que el compositor examina su alma y las respuestas a cuestiones esenciales de la existencia humana.

El tema es desarrollado después por los clarinetes y por último por la orquesta hasta llegar al clímax.

El segundo movimiento, Poco adagio, está en fa mayor y en compás de 4/4.

La música en este punto se ve a veces como una plegaria por la paz del alma.

Tras el estreno, Dvořák acortó este movimiento en 40 compases, hecho que relató en una carta a su editor Simrock: "El Adagio es actualmente mucho más breve y compacto y ahora estoy convencido de que no hay ni una sola nota superflua en la obra".

Vivace, está en re menor con trío en sol mayor, el compás es 6/4 y sigue una forma ternaria A-B-A.

[2]​ Se abre con una alegre melodía en la que vuelve a aparecer el desarrollo enérgico de algunas partes.

Allegro, retoma la tonalidad inicial aunque acaba en re mayor y el compás es 6/8.

Culmina con una coda impresionantemente estructurada que, con su expresión resuelta y liberada, cierra la obra con seguridad.

Tras su estreno mundial en Londres, la obra tuvo una acogida entusiasta que Dvořák describió dos días después en una carta a su amigo Václav Juda Novotný:[2]​ Varios de los principales periódicos ingleses (The Times, Daily News, Sunday Times, Morning Post, Daily Telegraph, Athenaeum, etc.) publicaron extensas críticas, en su mayoría efusivas en sus elogios.

Dvořák con su esposa Anna en Londres en 1886.
Portada de la partitura manuscrita con el retrato de Hans von Bülow .
Fritz Simrock , editor de la pieza.